Elección de gobernadores

Historias que contar

El próximo año habrá elecciones para elegir gobernadores en ocho estados del país, más la jefatura de la Ciudad de México. Comicios en el marco de una intensa actividad electoral en la que sobresalen renovaciones en la presidencia de la República, senadurías, diputaciones federales y locales y, como en el caso de Hidalgo, presidentes municipales; 84 en total.

Hasta ahora polariza el decidir de Morena y la oposición quienes serán sus representantes para relevar en su cargo a Andrés Manuel López Obrador. Tarea nada fácil. Del primero, hay seis pretendientes ya formalmente apuntados en busca de la candidatura. De acuerdo con expertos y encuestas, dos parecen más adelantados, Claudia Sheinbaum, exjefa de Gobierno de la Ciudad de México, y el hoy exsecretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard. Extraña que Ricardo Monreal aparezca relegado, mientras que Adán Augusto López, el más moderado en gastos, se ubica en tercer sito, un tanto lejano, y posibilidades no muy claras. Otros dos son Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco, discreta su presencia.

Del otro lado de la cancha, metafóricamente expresado como si fuera encuentro de tenis, dos mujeres Beatriz Paredes y Xóchitl Gálvez, y dos varones, Santiago Creel y Enrique de la Madrid. En principio deben obtener cuando menos 150 mil boletas de apoyo. La primera, hidalguense, afirma que ya las rebasó con amplitud. Los tres restantes han sido discretos ¿Quiénes lideran?, Gálvez con sus temperamentales acciones y su vocabulario más que amplio, así como cualidades naturales al conducir bicicletas sin cabriolas arriesgadas; Creel parecería ser segundo, casi de la mano de Paredes. De la Madrid, cauto.

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No hay que olvidar que en septiembre los formalmente candidatos se conocerán; día 3, el de oposición, y 6, quien abandere la 4T.

Los analistas van más allá y no ocultan que en la elección pudieran contender dos mujeres. En la historia del país nunca se ha producido semejante escenario. Pero, además, adelantados a insólitas situaciones, no dejan de vislumbrar, porque sería posible, que Sheinbaum y Gálvez pudieran lograrlo. Y así llegar a escenarios escabrosos, pero no menos importantes como son los debates.

No se olvida que estos encuentros de exposiciones de ideas y proyectos bien estudiados, algunas veces han cambiado pronósticos. Uno, inolvidable, John F. Kennedy y Richard Nixon, el primero logrando supremacía, encaminándose a la presidencia de su país. Fue tan discutido que hasta se llegó a decir que la cerrada barba y palidez acentuada de Nixon no le ayudaron en su presencia; juicio implacable de electores.

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Esto ocurrió el 26 de septiembre de 1960. Y por primera vez en una contienda fue televisado. Pugnaban por convertirse en el trigésimo quinto presidente de Norteamérica.

De acuerdo con cifras oficiales hubo 66.4 millones de espectadores estadounidenses. Kennedy accedió a que lo maquillaran; Nixon se opuso. Kennedy se vio tranquilo, descansado, Nixon nervioso. Hubo otro dato, radioescuchas siguieron la singular confrontación y su opinión favoreció a Nixon, no tanto como imágenes televisadas. Al final, el católico John F Kennedy fue presidente.

Esto podría significar en supuesto debate Sheinbaum-Gálvez. La primera es de maneras más tranquilas; no es de condenas. La segunda iría con todo, posiblemente flamígera y tratando de poner contra la pared a su adversaria. Todo lo anterior, suposición. Esperaremos.

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