Últimas ruinas

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Garlito

Las transformaciones de las ciudades deben obedecer a las necesidades de sus habitantes, en las distintas etapas de su historia, se adecúan espacios públicos, construyen inmuebles necesarios y se derrumban otros; lo que es importante en su momento puede ser obsoleto con el paso del tiempo y la dinámica de la vida cotidiana le da valor a otros propósitos; la modernidad que conserva su pasado, otorga a la memoria colectiva la posibilidad de no perder su identidad y nuevas generaciones respeten el testimonio pretérito de los fundadores.

Foto: Carlos Sevilla

XIXI

El xixi, era una sustancia extraída del maguey, raspadura de las pencas, que en años remotos servía como jabón y blanqueador en las labores del hogar, por lo tanto todo producto derivado de esa planta sagrada, estropajos, lazos, ayates, mecapales, se mercaban, además de leña, carbón, pulque de gran calidad; La Plaza del Xixi era conocida en Pachuca por ser un centro de abasto para el mundo minero, ahí mismo se encontraba el edificio de la Colecturía, donde se concentraban los diezmos de la parroquia de La Asunción; ya como Estado de Hidalgo, se convierte La Colecturía en la primera sede del Instituto Literario y Escuela de Artes y Oficios, la Escuela Superior y la Escuela Normal Mixta Amado Nervo, en los primeros años del siglo pasado.

Foto: Carlos Sevilla

La Plaza del Xixi, se transforma desde el siglo XVII, su vocación mercantil desaparece y los estudiantes de aquellas escuelas, pasean y se reúnen en sus alrededores, ya para entonces muy cerca de la torre del reloj, como era llamado entonces; frente a la antigua Colecturía se siembran árboles y flores, se crea un jardín público, árboles de eucaliptos, ahuehuetes y algunos pinos; ya para mediados de siglo, en 1950 se demuele la antigua casona que reunía los dineros de la iglesia en ese lugar, se construye el monumento a Los Niños Héroes, inaugurado el 13 de marzo de 1957, antes el 17 de septiembre de 1916 se inaugura el monumento a Amado Peredo y un reloj de sol en el centro; la sabiduría popular de inmediato le llamó Jardín de los Niños Héroes, pese a que sus nombres fueron varios, este perdura incluso a su apelativo oficial día de hoy, Plaza Felipe Ángeles, para todos  Niños Héroes.

Foto: Carlos Sevilla

Abandono

Por muchas décadas este jardín, uno de los principales de Pachuca, permaneció sosegado, crecieron árboles enormes que tiraban eucaliptos o frutos cónicos a la gente y el monumento a los héroes respetado y didáctico, sus fuentes a los lados diversión de infantes con su chorrito, chiquito y grandote; en el medio una construcción circular con una figura triangular que proyectaba su sombra a unos números romanos, el reloj de sol y su gnomon, o sea la manecilla que da la hora, descubrir que en efecto marcaba el tiempo era una diversión antigua de niños y niñas, y más allá una columna con un libro abierto el monumento a Amado Peredo, educador fundador del viejo Instituto Literario; ambos monumentos por la modernidad mal entendida y sin memoria, están en el abandono, en el desprecio de las nuevas generaciones que desconocen qué son y qué fue ahí, solo ven ruinas sin siquiera un epitafio.

Foto: Carlos Sevilla

El jardín de los Niños Héroes, con su monumento a los cadetes, hoy pintarrajeado con proclamas anodinas, el reloj de sol cadáver momificado sin recordatorio de su importancia y exactitud astral y el obelisco a Amado Peredo, un desconocido para las nuevas generaciones con un monumento símbolo de las calles pachuqueñas; hace falta información desde su origen el xixi y las primeras escuelas para profesores; centro de reunión y diversión hoy en el abandono total por las autoridades, en la absoluta indiferencia hacia el pasado y con una amenazante modernidad que se lo va a tragar; los espacios públicos son invadidos, abandonados y con la clara intención de borrar la Historia del pueblo, a la que aborrecen.

Foto: Carlos Sevilla
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Rolando García

Pachuqueño, periodista guionista, registrando la historia cotidiana de todos los días