RADIO AFÓNICO

Garlito

Al celebrar cien años de la Radio en México, como hemos comentado en bastantes ocasiones, las bondades de uno de los medios de comunicación, que sobrevive gracias a la lealtad de sus oyentes, a la inmediatez y en el caso de la radio pública actual, la opción de ofrecer espacios realmente a la sociedad civil; no programas a determinadas horas de denuncia, como se estilaba en los años 80´s, sino una política pública radiofónica, donde desde los gustos musicales hasta información deportiva debían de pasar por los antiguas mazmorras de censura o jefaturas de información; bien es cierto que los grandes consorcios que controlan aún la radio privada, continúan con su estrategia mercantilista y ser espacios para mensajes de voces conservadoras; la Radio Pública, indígena, comunitaria, educativa y cultural, debe ser la voz del pueblo.

Centuria

Solo dos estaciones a nivel nacional de carácter público, festejan cien años de trasmisiones, son las más antiguas en el aire y espectro radiofónico, una nacida de la iniciativa privada su intensa difusión de música y cantantes de los años 20s, del siglo pasado, fue adquiriendo un carácter popular cultural que hasta la fecha conserva, propiedad de una empresa cigarrera primero y posteriormente de un monopolio comercial, tras muchos problemas económicos, paso a formar parte de la infraestructura del Estado, siendo la primera estación pública popular la afamada XEB la B grande de México; radiodifusora especializada en la música de oro de México, cuando la combinación cine radio era perfecta, no había televisión y en la estación se podía ver al ídolo del momento cantar boleros u orquestas cubanas, con ritmos como cha-cha-chá, danzones o mambos, esta estación comercial popular, se convirtió con los años en una cultural que hoy contiene una fonoteca donde está la historia musical de México.

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La otra creada desde su origen, para ser una estación cultural y educativa, con los rigores que se estilaban en los años igual 20´s del siglo pasado y siendo parte de un no proyecto radiofónico, sino de una estrategia alfabetizadora y cultural a nivel nacional, era la etapa de México en que la alfabetización y la educación masiva, impulsaban y trataban de demostrar los nuevos rostros de la Revolución; sin ser netamente un proyecto de José Vasconcelos, la contemplación de estaciones de radio para reforzar y ayudar en la tarea educativa y estar destinadas para indígenas, comunidades rurales, zonas apartadas y personal docente, Radio Educación, es el ícono de cómo debe ser la radio en el apoyo a la educación y trasmisión de valores culturales, así como difusión de todas las minorías, con diferentes y distintas etapas, con excesos en ocasiones, Radio Educación siempre será un oasis en el cuadrante, sin embrago como todos los medios de comunicación sufre una contracción y es menester reorientar contenidos, crear nuevas producciones y reafirmar objetivos y estrategias, herramienta fundamental para difundir la voz de todos.

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Sonora

Tras el saqueo y la pérdida de las estaciones del sistema del gobierno del estado de Hidalgo, este pierde también un trabajo ya hecho por años que se fue a la basura, por neófitos, que deben pagar ante la sociedad y las leyes sagradas de la comunicación, sus errores que afectaron no solo a la difusión gubernamental de contingencias o emergencia, también una estructura en donde con deficiencias pero mucho amor a la Radio y respeto a las audiencias, se apoyaba en la educación, en mensajes comunitarios y en contingencias de salud;  quienes conocimos las estaciones de Hidalgo Radio, siempre con carencias, la inteligencia, el talento, pero sobre todo el amor a este medio de comunicación y al público respetable, se hacía una radio inteligente y con estándares de calidad buenos, contábamos con radiodifusoras que conectaban a los hidalguenses, fortalecían valores y cultura; ¿la perversión no será que el objetivo es destruir la posibilidad de comunicación entre hidalguenses, para continuar con sus siniestras asociaciones y destruir la radio pública por una comercial, servil y conservadora?; el rescate de las estaciones se ve con catalejos, no será solo un espejismo.

A cien años de la radio pública en México, en el estado de Hidalgo no hay nada que festejar, si acaso subrayar que los errores cometidos por funcionarios gansteriles de la administración pasada, deben ser castigados y pese a ser un tema menor y a veces muy menor, perder estaciones de radio y fuentes laborales, son pequeñas injusticias que marcan en muchos casos, diferencias contundentes.

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Rolando García

Pachuqueño, periodista guionista, registrando la historia cotidiana de todos los días