Pearl Jam y el intento frustrado de renovar su sonido

CIRCO SÓNICO

Es justo señalar de entrada que el duodécimo álbum de estudio de Pearl Jam, Dark Matter, se deja escuchar con fluidez y con cierta expectativa por el volumen de rock and roll al que han llegado en el pasado, pero al final la sensación es que se quedaron cortos. Me parece que el problema pasa por las declaraciones de la banda al respecto de que tenían un disco tan intenso y poderoso como no había ocurrido en los antecedentes inmediatos… y no era así.

La principal decisión estratégica fue la de tirar de un productor estrella que está especializado en oxigenar a grandes figuras y proveerlos de un sonido actualizado; se trata de Andrew Watt, quien ha colaborado en los discos más recientes de Ozzy Osbourne e Iggy Pop, pero que obtuvo la aclamación general al encargarse del Hackney Diamonds de The Rolling Stones.

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El joven productor ya había trabajado con Eddie Vedder en Earthling y ahora tenía el reto de encargarse de la banda al completo y es preciso decir que de su parte el esfuerzo se hizo. Se trata de 5 músicos sobrados de capacidad instrumental -hasta virtuosos podríamos decir-, que no tenían de su lado grandes canciones… he allí el principal problema.

Me parece que cada uno puso lo mejor de su parte con lo que tenían a la mano, pero sin ir más allá en lo que cabía esperar de ellos. Todo indica que el lote de canciones compuestas no fueron lo sobresalientes que se requerían para devolver a Pearl Jam el lustre perdido hace ya tiempo.

Aquí no retornan como el Ave Fénix… apelan eso si a todo el oficio que traen a cuestas y cuyos juegos de guitarra eran una maravilla que se acompañaba por una base rítmica que semejaba a una aplanadora percusiva; pero eso era antes… ahora hay medianía y corrección que no les ayudan para destacarse.

Dark Matter está conformado por 11 canciones que abren con “Scared of Fear” y cierran con “Setting Sun”; en el medio es el tema titular el que ha obtenido mayor repercusión, dado que busca liberar cierta furia, aunque a la postre se queda corto… están a punto de desbocarse, pero se contienen.

Debo mencionar que me quedo con uno de sus medios tiempos como lo mejor de Dark Matter; se trata de “Won´t Tell”, un tema en el que Edddie Vedder consigue contagiar cierta emoción y poner al escucha de su lado. Como siempre, son las canciones las que mandan y aquí hay una buena que se separa de la medianía.

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Es difícil anticipar si Pearl Jam se darán tiempo para volver al estudio en el corto plazo -lo que no estaría mal-; lo que estará por verse es ratificar que los Seattle sigan teniendo ese directo arrebatador que los llevo a consagrarse y dejar atrás esa etiqueta “grunge” para apuntalarse como una enorme banda de rock.

Dark Matter se quedará como una mera anécdota discográfica… no brillara en una historia que cuentan con grandes altas y pronunciadas bajas. Aquí hay profesionalismo y solvencia, pero nada más… la musa jamás llegó al estudio.

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