Mando, que se manda
Agujeros Negros
El acuerdo de Mando Coordinado entre los ayuntamientos y la Secretaría de Seguridad Pública de Hidalgo (SSPH) muestra claroscuros; mientras en algunos municipios contribuyen a garantizar la tranquilidad de la población, en otros se prestan a corrupción y abusos de quienes tienen esta responsabilidad bajo el pretexto de ser protegidos por sus mandos superiores.
En Ixmiquilpan se regresó a este esquema al convertirse la seguridad pública en Talón de Aquiles para la presidenta municipal Araceli Beltrán Contreras, que no sentía lo duro sino lo tupido por obedecer a intereses de los hermanos Charrez Pedraza, en particular al menor Vicente, así que fue una buena salida, aunque no ha devuelto totalmente la tranquilidad a los ixmiquilpenses.
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Epazoyucan es la otra cara de la moneda, no atribuible esta vez al presidente municipal Fidel Arce Santander, quien es el mejor ejemplo de una administración sana, ejemplar y honesta, pero las quejas de los policías preventivos no se deben a él, sino a la titular de Seguridad Pública, que está en el cargo en virtud del acuerdo de Mando Coordinado con Seguridad Pública estatal.
Rosa Elva García Gasca, flamante directora de Seguridad Pública, llegó al cargo propuesta por el secretario Mauricio Delmar Saavedra, tal vez por ello abusa del personal y propicia la corrupción, al grado que los policías decidieron manifestarse en su contra, protesta que terminó con la renuncia de dos agentes, ante el nulo apoyo que sus superiores, que decidieron no investigar a la titular, señalada de violar derechos laborales y humanos.
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Otro ejemplo de escasos resultados es Pachuca, donde la secretaria de Seguridad Pública, Adriana Yamilet Salazar Márquez no ha logrado cambiar la percepción de inseguridad que priva desde la anterior administración entre los pachuqueños, porque se siente inamovible por el apoyo de sus superiores de Seguridad Pública, sin importar las malas calificaciones que la sociedad da al gobierno municipal, porque ella no carga con las críticas.