Los Mogica, bonanza y decadencia

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Hablar de los hermanos Eduardo y Andrés Mogica Martínez en la Huasteca Hidalguense – concretamente en Huejutla – es remontarse a una historia de 20 años de historia de bonanza y decadencia, pero sobre todo de servilismo a un personaje al que, textualmente, le deben mucho lo que han sido y son hasta la fecha.

Ambos hermanos siempre han estado bajo la sombra del árbol que representa el grupo político Fayad, sirviendo en el tablero del ajedrez político para cerrarle el paso a quien su jefe dispusiera, como fue el caso del Senador Orlando Arvizu Lara, al que le jugaron “las contras” moviendo al magisterio.

Vale recordar que, en la elección interna del PRI para la candidatura a la gubernatura, los Mogica Martínez le dieron la espalda al que pudo haber sido el primer gobernador oriundo de la Huasteca Hidalguense, ya que en su momento fue superado por Manuel Ángel Núñez Soto.

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Lo anterior fue del dominio público, como lo fue también el nombre del que movió sus “hilos de marionetas”.

Los Mogica de Tehuetlán lograron obtener gracias al PRI varios cargos de media altura en áreas sustantivas de la estructura gubernamental, principalmente en la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo, donde construyeron torres de naipes que no dieron resultados que prometieron, pues cayeron al primer soplido.

No obstante, los hermanos fueron sostenidos en sus cargos debido a la supuesta lealtad priista lo que pudo salvarlos y seguir vendiendo espejitos a los pachuqueños, que creían en la existencia de estructuras electorales que garantizarían triunfos en los procesos del 2003 al 2018, son embargo eso no sucedió.

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Prueba de lo anterior es que Said Fayad Ruiz perdió en tres ocasiones la elección representando al PRI, lo que igualmente se reflejó en las elecciones de Delegado municipal en el poblado de Tehuetlán, de donde son originarios Eduardo y Andrés, y donde no son bien vistos por el grueso de la población por su arrogancia.

Los Mogica Martínez, hay que decir que supieron desplazarse bien en arenas movedizas, porque a pesar de sus malos resultados en lo electoral pudieron sostenerse en la SEPH, y en el caso de Eduardo, tuvo como recompensa las rectorías en la Universidad Tecnológica de la Huasteca Hidalguense y la Universidad Politécnica de Huejutla, aunque concluyendo su labor con escándalos de tráfico de influencias.

En la actualidad Eduardo y Andrés Mogica regresan al escenario político, sí, adivinó usted, traídos de la mano de de quien fue su jefe politico, quien les abrió las puertas en MORENA pero que, sin embargo, su ingreso al partido en el poder no ha sido del agrado de las bases morenistas que los señalan de oportunistas y chapulines.

Recientemente, con un descaro total según aprecian los morenistas huastecos, los hermanos Mogica Martínez intentan desplazar a liderazgos que seguramente pudieran tener más arraigo y peso entre las bases del partido guinda, pero que ahora buscan protagonismo de actos y eventos en los que se publicita a personajes, tal fue el caso del sábado anterior en el que acompañaron a la Diputada María Eugenia Hernández Pérez para promocionar la figura del canciller Marcelo Ebrard, con el pretexto de la presentación de un libro denominado “El camino de México”, donde el aspirante platica sus experiencias en el servicio público.

Ver sentados a los Mogica Martínez en la mesa de los eventos cayó como balde de agua fría a los morenistas, pues recuerdan que ellos fueron una de tantas “piedras en el zapato” para que impedir que la izquierda naciera, creciera y se consolidara en una región donde los abusos y excesos de la clase política tricolor marcaron la historia, y de la cual ellos fueron protagonistas.

Hoy en día, ataviados con casacas guindas por demás superficiales, los Mogica Martínez hablan de obradorismo, se dan golpes en el pecho defendiendo las causas de los pobres, enarbolan la lucha contra el prianismo y todos sus aliados, hacen suya la frase de primero los pobres y primero el pueblo, entre otras como con el pueblo todo y sin el pueblo nada.

Por Iñaki Fernández

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