Carlos Fayad, del PRI a Morena

Testigo protegido

A veinte años de la caída del PRI en Huejutla, sin que se haya recuperado, y tras quedar marcado como el último alcalde de ese partido en el municipio más grande de la Huasteca hidalguense, Carlos Fayad Ruiz resurge de las cenizas cual ave Fénix, con un brillo que causa enojos en las nutridas filas de sus “nuevos compañeros” morenistas.

Llegó a Morena incrustándose en ese partido gracias a sus vínculos personales y políticos; durante la reciente campaña fue distinguido en varias ocasiones, fue subido a los templetes, regresándole el placer de los reflectores sobre sí, como en aquellos días de gloria priista.

Carlos Fayad es recordado por los tres descalabros consecutivos que tuvo su hermano Said al buscar por el PRI la alcaldía de Huejutla, derrotas que se le atribuyen al hermano mayor de los Fayad Ruiz por su distanciamiento con la gente.

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En su momento también se dijo a raudales que fue el enojo de los priistas lo que realmente le puso los clavos al ataúd de las aspiraciones de los hermanos Fayad Ruiz, porque supuestamente se adueñó del partido y cerró el paso a otros personajes que pudieron ser diferencia en los resultados electorales, no por nada la rivalidad Fayad-Badillo dio mucho de qué hablar.

Durante los 20 años de oscurantismo para el PRI en Huejutla, Carlos Fayad no estuvo del todo quieto, porque tras bambalinas promovió al PRD en el 2006 y con la figura de Marco Antonio Ramos Moguel “ganó la presidencia”, jugándole las contras al PRI y retornó al escenario como el principal contratista de la obra pública en ese periodo de gobierno municipal, aunque el último año no fue así.

Pero regresando a la posición de Carlos Fayad dentro del PRI, vale recordar que, aunque se le consideró hasta abril del 2022 como “cabeza de grupo”, eso fue solamente teoría porque en la práctica lo que más pudo hacer fue colocar amigos, familiares e incondicionales en puestos de baja talla en la administración municipal y estatal, concretamente regidores y docentes o administrativos en las universidades tecnológica y politécnica.

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La presencia de sus alfiles, o mejor dicho peones, en las instituciones educativas le permitieron hacer creer a muchos que tenía cierto control y presencia sobre un gran número de personas, las cuales fueron usadas como moneda de cambio para algunos conceptos, como las tres candidaturas para Said, pero no lograron el objetivo.

En la actualidad, el retorno de Carlos Fayad a la escena política se dice que no representa beneficios para Morena, por el contrario, marca una caída en la simpatía de los ciudadanos, porque al partido se le identifica como un organismo construido a brazo partido por gente que cuna humilde, esa que a pie recorrió ciudades, pueblos, comunidades, rancherías y hasta los más recónditos lugares para promover el movimiento.

A decir de los molestos morenistas, se visualiza un arribismo porque representa más de lo mismo, porque no solamente es él quien ingresó a las filas de Morena por una puerta enorme, sino que otros personajes, identificados como caciques políticos, también están ya dentro y fueron con beneplácito.

Sin embargo, Carlos Fayad representa una “piedra en el zapato” para los más de 25 hombres y mujeres que dicen tener el derecho a la candidatura a la alcaldía de Huejutla. Habrá que esperar cómo se mueven las piezas y ver si de verdad los lazos del neomorenista son reales o son ficticios, como los que alguna vez dijo tener en el Revolucionario Institucional, partido en el que dejó una historia gris y del cual salió por la puerta trasera.

En su carrera política también tuvo algunos aciertos, porque cuando fue alcalde también se le recuerda por presidir la fundación de los bomberos y de gestionar la secundaria número tres del Parque de Poblamiento, la cual lleva el nombre de su padre, Carlos Fayad Orozco, al igual que el estadio municipal.

Por Iñaki Fernández

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