Sánchez Vite, sin olvidos

Historias que contar

A finales de 2011, una tarde cualquiera, platicaba con Alejandro Straffon Ortiz. Habíamos fincado sincera amistad. Y en un tema, como otros más, surgió el nombre de Manuel Sánchez Vite. Comenté que había llegado a Pachuca, años atrás, y que, ciertamente, poco sabía de la historia del estado, aunque con insistencia se hablara de quien había sido gobernador, pero, además, a nivel nacional, personaje conocido y reconocido.

Straffon Ortiz sonrío y me dijo: ”…permíteme, voy por algo; te va a interesar”. Cinco minutos, no más, regresó con un libro entre las manos. Y expresó: “Léelo, te va a ilustrar; después me lo regresas”. Asentí, turbado pero agradecido. Se dice que los buenos textos nunca se prestan, porque pocos se retornan a sus dueños. Y no cumplí; jamás volví a ver a mi camarada.

Lo anterior viene a cuento porque hace poco se conmemoró el 29 aniversario luctuoso de Sánchez Vite. En Molango, de donde era originario, familiares, autoridades municipales y educativas colocaron una ofrenda floral en el busto erigido a su memoria.

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Recordé que, en un informe de gobierno, no preciso de quién, asistió don Manuel, y se le entrevistó. Acotado el tiempo; pocas frases. Nunca oportunidad de estar cercanos. En remembranza de esos hechos, me sumergí en el libro escrito por su hijo, Arturo Sánchez Jiménez. Portada en dos colores, entre café y anaranjado; pálidos. El título, Manuel Sánchez Vite, luego una imagen de él, y abajo, maestro, político y líder en la primera página, dedicatoria de Sánchez Jiménez a Straffon Ortiz. Letra excelente, en azul, y pequeño agregado: México, 2011.

Aparecen líneas afectivas de quienes estuvieron cercanos a él. Uno, Jorge de la Vega Domínguez, refiere: “…es auténtico producto de la entraña popular. Nació de cuna humilde, – el 17 de marzo de 1915- en la ranchería de San Bernardo, municipio de Molango”.

Su hoja de servicios impresiona: a los 19 años de edad inició como maestro en Velasco, municipio de Omitlán; dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) (1952-1955); diputado federal (1955-1958); asesor legal del SNTE y del ISSSTE; procurador general en Hidalgo; senador en dos legislaturas; gobernador de  Hidalgo (1969-1975), en ese lapso pidió licencia para asumir la presidencia del PRI del 7 de diciembre de 1970 al 21 de febrero de 1972, y regresó a concluir su gestión en su entidad natal.

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Presentes algunas de sus acciones en Hidalgo: Unidad Universitaria, Instituto Tecnológico Regional, Escuela Normal Benito Juárez, el Palacio de Gobierno y la instalación de la refinería en Tula.

Falleció el 6 de octubre de 1994 a consecuencia de un infarto cerebral.

Particularmente, como un ejemplo de siempre cumplir sus compromisos en tiempo y forma, tuve una charla con Ángel Díaz, propietario del Casino Español. Se publicó así, textual:

Díaz dijo: una vez contrataron por parte del gobierno un desayuno. A las ocho de la mañana, como siempre, el gobernador arribó puntualísimo. Los funcionarios llegaron a cuentagotas. El señor Sánchez Vite frunció el entrecejo, pero no dijo nada.

“Días más tarde hubo otro desayuno. Hubo instrucción precisa del gobernador: los platillos se irían sirviendo de acuerdo a como arribaran los convidados. Así, los puntuales recibieron su jugo, su fruta, café, etcétera. Los últimos, los rezagados, prácticamente invitados de piedra. Don Manuel Observaba. Nunca, en actos semejantes hubo retrasos. Fue clara la lección”.

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