El pasado fin de semana representó un respiro necesario para Morena y los gobiernos federal y estatal de Hidalgo, que venían arrastrando una crisis de comunicación y manejo de temas. Las críticas por los feminicidios, las controvertidas vallas del 8M, los casos de abuso infantil y las recientes tensiones comerciales con Estados Unidos habían mantenido a ambos niveles de gobierno a la defensiva.
Sin embargo, la visita de la presidenta Claudia Sheinbaum a Hidalgo revirtió este panorama, proporcionando una narrativa positiva y mostrando avances concretos.
En su recorrido por tierras hidalguenses, Sheinbaum encabezó el inicio de las obras del Tren Pachuca–AIFA–CDMX, colocó la primera piedra para la construcción de más de 30 mil hogares destinados a familias de escasos recursos e inauguró la autopista Real del Monte–Huasca.
Estas acciones no solo fueron un recordatorio del compromiso de su gobierno con el desarrollo regional, sino también un refuerzo de la imagen de Morena como el partido que entrega resultados.
Sheinbaum se mostró cercana, optimista y comprometida. Su presencia no solo reafirma el interés federal por Hidalgo, sino que además posiciona a Morena en el estado como una fuerza política robusta, capaz de responder a las demandas de la ciudadanía con acciones tangibles. Este gesto consolida su liderazgo y da un impulso significativo a la estrategia regional del partido.
Lo más notable de esta visita fue la atención especial que Sheinbaum mostró hacia Hidalgo. Nunca antes un presidente había dado tanta importancia a la entidad como lo hace ella. Su administración no solo cumple con las grandes obras, sino que también lanza un mensaje claro de que Hidalgo es prioridad. Este gesto no solo refuerza su liderazgo, sino que también proporciona un respiro a la administración estatal en un momento crucial.
Sin embargo, no todo fue política y gestión. La presencia de Sheinbaum en Hidalgo también sirvió de escenario para que diversos aspirantes al “cuarto piso” (la gubernatura) se lucieran. Las selfies y fotos estratégicas inundaron las redes sociales, como una manera de enviar un mensaje político tanto a los líderes locales como a los empresarios influyentes. Esto subrayó que la visita presidencial no solo tiene implicaciones de gestión, sino también un peso simbólico y político que todos quieren aprovechar.
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La lección para Morena tras este fin de semana es clara: deben trabajar en equipo, alinearse con el ejemplo de Claudia Sheinbaum, y dejar atrás la grilla interna que solo desgasta. La presidenta, quien sigue siendo una militante de izquierda comprometida, mostró que el enfoque en servir a la ciudadanía con acciones concretas y visibles tiene un impacto positivo.
Si el bloque morenista adopta su método de trabajo, podrán fortalecer su posición en Hidalgo y más allá, porque el no tener una oposición partidista no quiere decir que la gente de Hidalgo esté contenta con las diferentes políticas públicas y liderazgos locales.
MHO
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