Justicia para Carmen
Desde lo Regional
Tomo para esta colaboración el título del libro que mi colega en la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, Hidalgo, Elvira Hernández Carballido escribió para contar la historia, no diré difícil, aleccionadora me parece más apropiado, de Carmen Rincón, una mujer hidalguense, pachuqueña, que en unos minutos sufrió el más inesperado y cruel vuelco en su vida, sobre la plancha de un quirófano donde estaba para su primer alumbramiento.
Es una historia contada cientos de veces, en familia y en los medios de comunicación, en consultorios y agencias del Ministerio Público, escuchada por profesionales de la ginecología, peritos y jueces, gritada en las calles y reclamada en las plazas, primero de la ciudad de Pachuca, escenario del acontecimiento, y luego discutida en universidades y colectivos más allá de las fronteras mexicanas.
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De los expedientes clínicos pasó a las actuaciones judiciales y luego a las publicaciones académicas donde se conoció y discutió con ópticas diferenciadas. Fue referente en deliberaciones legislativas, produjo indiferencias, movió fibras religiosas y políticas y, como escribe la autora, visibilizó a las mujeres.
Este es uno de los muy pocos libros que en Hidalgo se han escrito para reseñar la vida de una mujer. Solo recuerdo, y por favor corríjanme, las Memorias de Maruca Zapata (inéditas), Las huellas de mis pasos, autobiografía de la abogada Estela Rojas de Soto, y Profesoras en el Aula, Revolucionarias de la Nación, con las biografías de Ma. Luisa Ross Landa, María Hazas y Elisa Acuña Rosseti escritas por Rocío Ruiz de la Barrera.
Producido por la Editorial Académica Española, la sencilla pero cuidada y bien presentada edición, contiene siete breves capítulos compuestos por un poema y luego la voz de su protagonista con un lenguaje nítido, sentido, que logra trasmitir el cruce de acontecimientos en una vida que la hacen “de subidas y bajadas”.
Checa: ILE, acto de justicia social: Rincón
En la presentación organizada por Editorial Elementum, además de celebrar la aparición del libro, a pesar de su lamentable origen, propuse verlo como una valiosa mina que entre la minúscula letra de su narrativa sugiere adentrarnos a descubrir mucho más de lo impreso en sus ochenta páginas. Sus vetas son lo cotidiano de una vida provinciana de gente trabajadora, la parte médica, tan especializada como toral para entender la trascendencia de lo sucedido, lo jurídico, fundamental por su desarrollo e impacto social, tanto en la procuración como en la impartición de justicia, la influencia mediática y, de la mayor importancia, la solidaridad en todas sus vertientes y connotaciones.
Sugerí un ejercicio revisionista a partir del texto profesionalmente escrito por Elvira desde los sentimientos, vivencias, sufrimientos y compromisos de Carmen. No propongo revisar los hechos aquí contados para ver que más encontramos. Nada falta para confirmar su trascendencia. Está comprobada. El propósito, lo conveniente, es lograr un comparativo de contextos, del existente entonces y del actual, en lo legal e institucional, de información, de participación social organizada, de activismo por las causas de las mujeres, desempeño profesional y ética gremial, del aparato y las y los agentes del sistema de justicia, los avances de la ciencia médica y el compromiso de los medios de comunicación, frente a situaciones seguramente repetidas sin visibilizarse. El contraste exhibirá qué nos falta y los nuevos riesgos femeninos y parentales al parir.
Carmen es referente desde Hidalgo para el país.
Carmen, mujer de conceptos claros y dudas interminables que me obligaron a ser su admirador, su confidente o simplemente su amigo. Sin animos protagonistas nos llevó a muchos por la senda del cuestionamiento a nuestra perversa realidad y a la indispensable solidaridad humana. Le quiero y le agradezco, como muchas y muchos, habernos ayudado a base de dudas y decisiones constantes a preguntarnos todos los días, para qué queremos seguir vivos.