Grandaddy: melancolía y desamor desde el bebedero de la oficina

CIRCO SÓNICO

Con el paso del tiempo me aferró a creer en la grandiosidad de las canciones… son todo un universo en sí mismas, son autosuficientes, omniabarcantes; se desparraman por nuestras vidas y nos regalan momentos de intensidad completa y plenitud… aun cuando también nos hacen sufrir y traten acerca del dolor humano… las canciones son eternas e infinitas.

Pienso en ello mientras repaso una y otra vez “Watercooler”, original del grupo californiano Grandaddy y me dejo llevar tanto por su melancolía como por su poesía doméstica: “And you cry in the bathroom stall/ Cuz I won’t call although I know you hurt”.

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Desde Modesto, California, se puede conquistar el reino de las cosas simples y los sentimientos que fluyen desde las distancias cortas: “Wave to me on your way to the watercooler”; el sitio más nimio puede ser el lugar desde donde se desprendan las grandes pasiones.

“Watercooler” es el núcleo de Blue Wav, el sexto álbum de Grandaddy, uno en el que su cantante y compositor Jason Lytle vuelve a demostrar todas sus tablas para ejercer el oficio y obtener imágenes poderosas que combinan belleza con tristeza… dolor con estética -incluso oficinista-: “Wave to me on your way to the watercooler/ Why’d you say to me I love you so”.

Siete años se tardaron en regresar tras de la publicación de Last Place (2017), cuya calidad debió de traerles mayor reconocimiento, pero luego sobrevino la tragedia; apenas con unos meses circulando el disco, ocurrió la muerte de Kevin García, bajista original y pieza fundamental del grupo… Jason Lytle cayó en una depresión fuerte y tardó en superarlo.

En 2024 están de vuelta con este Blue Wav, conformado por 9 canciones y 4 breves transiciones, en las que el indie se mezcla con el rock y el folk para transcurrir a media velocidad y dejar fluir la influencia del country y el bluegrass – muy bien dosificados-; al final, lo que nos entregan es un buen masaje para el alma.

Hay dos cosas innegables al respecto de Grandaddy; se dice que The Sophtware Slump (2000) es su obra cumbre… y lo es; también es cierto que “Watercooler” destaca por encima de sus acompañantes, pero también hay que señalar que “Cabin in My Mind” está muy lograda y es bella: “Well, it’s a long and lonely road/ But there’s a safe and loving glow”.

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El círculo de esta entrega se cierra con “Long As I’m Not The One” en la que el narrador entiende su derrota: “Love has passed/ The warming sun has gone/ So one last glass/ long as I’m not the one”; la suerte está echada.

Grandaddy nos recuerda que las grandes historias de amor también nacen, crecen y mueren desde un bebedero, el cuarto de baño y la oficina entera… el destino es insalvable.

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