Feminismos de derecha

Feminismos de derecha

El reto que imponen los feminismos es a cuestionar y tratar de eliminar de nuestras acciones todo aquello que replique discriminación y violencia hacia otres.

Ninde MolRe
Abril 30, 2025

El título de esta columna parece un mal chiste, no tiene sentido. ¿Quién podía pensar que alguna vez los grupos de derecha iban a identificarse dentro de ciertos feminismos y viceversa? Pero es uno de los oxímoros que últimamente se han hecho más visibles en nuestro entorno.

Reconocer que dentro de los feminismos hay teóricas, lideresas de movimiento, grupos, colectivas y organizaciones que se identifican con agendas de conservadoras, es uno de los ejercicios más difíciles pero necesarios si es que buscamos la destrucción del sistema heterocispatriarcal que hoy continúa causando estragos en nuestras vidas.

Los antecedentes históricos de los feminismos desde las sufragistas, nos revelan que por más que se cuestionará la categoría género, las mujeres que lo cuestionaron no pretendían denunciar todas las desigualdades y mantener los privilegios. Así podemos encontrar que estos feminismos, eran sumamente blancos, elitistas, heterosexuales.

Hace unas décadas, las feministas negras cuestionaron a las blancas por pedir su reconocimiento de ciudadanía, sin pronunciarse por la esclavitud. Las lesbianas les exigieron que dejaran de equiparar su deseo al deseo masculino. Hoy a estas exigencias se suman las demandas de las indígenas, las discas, las trans, las trabajadoras sexuales, las migrantes, porque se eliminen de nuestros recursos y movimientos todos aquellos postulados que les ignoran, nos patologizan, que niegan sus existencias.

Ninguna persona estamos libres de replicar estos argumentos, esto es lo que nos enseñaron. El reto que imponen los feminismos es a cuestionar y tratar de eliminar de nuestras acciones todo aquello que replique discriminación y violencia hacia otres. Pero cuestionar eso también implica una autorreflexión profunda, que nos hace mirar también aquellos privilegios que nos resultan cómodos y que no queremos renunciar. Esto es lo que ya no sucede dentro de estos feminismos de derecha que hacen posible que dentro del PAN existan personas que se denominan feministas pero que no estarán a favor del derecho al aborto, al reconocimiento de la identidad trans no binarie para adultes, adolescentes y niñes. Que habrá otras que no se nombren panistas, solo feministas, como Arely Terán actualmente candidata a Ministra de la SCJN que tiene una postura abolicionista del trabajo sexual y confunde con la trata de personas, lo que hace que en ambas situaciones que existen, no se llegué a soluciones de acuerdo a cada problemática. Otros grupos como Women’s Human Rights Campaing que desde los movimientos feministas se oponen a la gestación subrogada, al trabajo sexual, al reconocimiento de la existencia de personas trans y que son capaces de negociar con partidos de derecha para lograr sus objetivos.

Creo que a quienes militamos en los feminismos nos debería hacer mucho ruido, cuando algo que pensamos, argumentamos o decimos, es algo con el que la derecha, los conservadores están de acuerdo. Por más que den tres vueltas discursivas para separar su narrativa de la de estos grupos, están llegando al mismo punto y eso no significa libertad ni para ellas ni para todes los demás, solo es una forma más de legitimar y perpetuar al sistema.