Encuestitis
El camino y el caminante
El día de ayer, 10 de febrero, terminaron los tiempos legales para las pre- campañas. Los tres pre-candidatos y sus equipos seguramente harán una evaluación de lo que lograron construir en los recientes 40 días y de su diagnóstico surgirá la ruta estratégica que establecerán para accionar el tres de abril cuando inicien formalmente las campañas; por ahora vendrá un largo espacio donde los pre- candidatos, Julio Menchaca Salazar de MORENA, Carolina Viggiano del PAN y Francisco Javier Berganza de Movimiento Ciudadano, deberán bajar su perfil público y prácticamente desaparecer de la escena política-electoral; mientas eso sucede, sus equipos seguirán construyendo las diferentes estructuras que detonarán al inicio de la campaña y cuyo funcionamiento será determinante para obtener el triunfo el día de la jornada electoral.
Los cuartos de estrategia deben de nutrirse de una gran cantidad de información cuantitativa y cualitativa para diseñar la ruta que deberán transitar desde hoy hasta que cierre formalmente todo el proceso electoral. Sin duda una herramienta importante es este proceso son las encuestas y estudios de opinión.
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Las encuestas, son un ejercicio de investigación multidisciplinario que busca medir las preferencias electorales y/o el posicionamiento de los aspirantes a un puesto de elección, un partido o una coalición. De manera estadística suelen utilizar un sistema aleatorio que permite tener un porcentaje de confianza en el resultado final. Estos estudios cuantitativos expresan la opinión de la población estudiada en el momento que son encuestados y si bien es cierto que proveen una información muy valiosa, sus resultados no se pueden extrapolar del día en que se realizan al día de la elección, pues muchas cosas suelen suceder en el camino.
Uno de los problemas que hoy nos presentan este tipo de estudios, es que han surgido tantas casas encuestadoras que de pronto pareciera una nueva torre de Babel, cada una trae su propio lenguaje. Un amigo mío decía que hay mentiritas, mentirotas y estadísticas, ejemplificando con lo anterior que las estadísticas se pueden manipular de mil formas para acomodarlas al gusto del cliente. En mi experiencia, he conocido el trabajo de una decena de casas encuestadoras que realizan sus estudios de opinión de manera seria y con una metodología impecable, lo que no garantiza que su proyección del resultado de una elección coincida con la votación final donde los ciudadanos tienen la última palabra. Pero en estos largos años de participación política, también he tratado con docenas de “casas encuestadoras” que son patito y que sus supuestos estudios de opinión carecen de todo rigor técnico y que solo ofrecen “estrategias” para posicionar a un candidato o partido. Algunas ofrecen trajes a la medida, te venden lo que tu quieres que publiquen, ellos dicen que su trabajo es generar una opinión pública determinada.
Checa: Tres pre-candidatos
Existen algunos “especialistas” en el tema que solo ofrecen algunos sondeos que realizan en redes sociales sin ninguna metodología, otros que ofrecen publicar y pautar una supuesta encuesta con los porcentajes que tú quieras, así, si tu candidato va perdiendo te proponen una donde aparezca muy cerca del puntero, o si ya está muy cerca la elección, un empate técnico. Otros, se comportan como hampones, te ofrecen sus servicios y si decides no contratarlos entonces te ponen en su siguiente estudio con números muy bajos presionando un acuerdo económico.
En fin, las encuestas hoy en día, son ya parte de las rutinas de una campaña, en mi óptica, las serias las usas para decidir tu estrategia, y las patito, las veo circulando, algunas hasta compartidas por “analistas y periodistas serios” quienes saben que son una farsa, pero confían en convencer algún incauto. Al final de cada proceso, cuando los electores deciden, algunas encuestadoras quedan en ridículo, actores mediáticos ofrecen disculpas y dicen que no saben que fue lo que falló y confían en que el tiempo borre sus pésimas proyecciones y estarán listos para en la siguiente elección estafar a quien se deje, o los necesite.