Miguel Maldonado, conductor/Foto: Jessica Manilla

“El mejor viaje se logra con una actitud amable”

Miguel Maldonado lleva más de 30 años como chofer de transporte público

Jessica Manillafebrero 11, 2023

3 minutos de lectura

Miguel Maldonado ha sido el encargado de llevar a su destino a cientos de personas diariamente, tanto en la ciudad de Tulancingo como en Pachuca, en su labor como chofer de transporte público.

Él es originario de Santiago Tulantepec y desde hace más de 30 años ha laborado como operador en distintas rutas, como el Servicios Urbanos Conurbados y Urbanos, y en los últimos seis años en la línea Estrella Blanca.

“Comencé trabajando en las líneas de Tulancingo y los alrededores, ahí estuve poco más de 15 años manejando combis con ruta a San José, Cuautepec, Napateco, Medias Tierras, los puntos más conocidos de la ciudad, pero debía buscar algo mejor para mí y mi familia”.

Te recomendamos: Fin de semana con talleres creativos en Casa Fontana

Con la oportunidad de incorporarse a una línea de traslados con rumbo a Pachuca, realizó la capacitación para el manejo de la unidad, así como los protocolos del servicio.

“En esto hay historias de todo tipo, buenas y malas; aquí uno convive mucho con la gente y así como tratamos con personas amables hay quienes no lo son tanto, quizá por la prisa, las preocupaciones y el trabajo”.

Entre los tantos viajes, recordó las ocasiones en las que su unidad sufrió un accidente por alcance y cuando fue asaltada durante la noche en el trayecto a Pachuca, suceso que impactaría de forma significativa su labor como chofer.

“Fue desagradable, porque no solo roban las pertenencias de la gente, sino también la tranquilidad. El autobús iba lleno, era de noche y, aunque la empresa respalda a los pasajeros con parte de las pérdidas, no deja de ser una lamentable experiencia para todos.

“El único accidente que he tenido fue por La Lagunilla, una noche mientras llovía un tráiler se me atravesó, pero no quedó más que en el susto y detalles estéticos en ambas unidades”.

No obstante, asegura que los malos ratos han sido los menos, recordando con agrado la gentileza de la gente, aquellas personas que hacen de los traslados un viaje ameno con pláticas o de quienes le obsequian algún alimento.

Puedes leer: Lanzan convocatoria para participar en la Fiesta para el Mezquital

“A pesar de que la ruta puede ser lineal, uno aprende a ver lo nuevo de otros lugares a pesar de la rutina. En la convivencia con las personas uno aprende a tratarlas, igualmente, pero creo que siempre el truco está en ser amable”.

En temporadas como Semana Santa, fin de año y Todo Santos su ruta de traslados aumenta y cambia de acuerdo con las necesidades de la gente que utiliza este medio de transporte para llegar a su destino.

“En esas fechas se presta el ambiente para compartir con la gente que viaja, porque muchas veces viajan entre amigos o familias y se acercan con uno para platicar, no falta que nos inviten una botella con agua o fruta, eso hace agradable el viaje”.

Su jornada laboral se modifica diariamente, ya que su horario puede iniciar a partir de las 5 de la mañana y concluir entre las 8 o 10 de la noche.

Miguel Maldonado asegura que lo que más disfruta de su empleo es el trato con la gente y mediante este oficio ha podido otorgar a su familia un techo, siendo ejemplo de trabajo y dedicación.

“Ya vamos superando la pandemia y con el inicio de las clases se activa la economía de todos los sectores. Después de un periodo en que se cerraron muchas empresas, también de transporte, contamos con que la movilidad vuelva a la normalidad, porque en este trabajo se retiraron 10 unidades, éramos 30 las que trabajábamos la ruta”.

Compartió que con la pandemia su forma de trabajo, para evitar contagios, fue de manera alternada para que los choferes de la compañía tuvieran oportunidad de ingresos, siguiendo con estricto apego las normas de sanidad.

“En mi experiencia puedo decir que el mejor viaje se logra con una actitud amable, no cuesta mayor trabajo solicitar el servicio con un ‘por favor’ y dar ‘gracias’, esos pequeños gestos que a veces parecen insignificantes hacen la diferencia”.