El face más allá de una red social

Las redes sociales forman parte importante y cotidiana de un gran número de personas que las ocupan para casi todo, puedes vender o comprar, son un mecanismo de información, fungen como herramienta de trabajo, entretenimiento, diversión y son un instrumento de apoyo a la educación por sus propuestas atractivas y dinámicas.

Los jóvenes son tecnológicos natos y conviven con los medios digitales como peces en el agua, recordemos que Facebook nació en la universidad de Harvard para que los alumnos pudieran conectarse de forma divertida y su popularidad creció hasta encabezar las listas de redes sociales con más usuarios en el mundo, este 2023 refrendó su primera posición.   

Si bien es cierto que las redes sociales nacieron para eso, para fomentar relaciones de tipo interpersonal, en la actualidad se les saca mucho más partido, especialmente su uso educativo puede ser un buen aliado, sobre todo en el nivel medio-superior y superior, debido a que la edad del estudiantado ya les permite acceder a una cuenta personal.

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Hablar hoy del “face”, obedece a que, por su usabilidad, y fácil acceso es una de las redes sociales favoritas del estudiantado, los beneficios de incluirla en el aula son amplios, de entrada, porque no cuesta, conocen la red y saben utilizarla.

Además, Facebook te permite crear una página para tu clase siendo independiente de tu perfil, por lo que no se mezcla lo personal con lo escolar, se puede organizar el material publicado mediante etiquetas, también el alumnado recibirá notificaciones al abrir la red y se les puede recordar sobre fechas de entrega o evaluaciones.

Se pueden crear eventos y compartirlos de forma rápida y entre muchas otras posibilidades, el face te da oportunidad de utilizar diversidad de aplicaciones educativas, generando así una especie de experiencia multimedia.

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El uso del face en el aula bien entendido, moderado, con uso regulado y vigilado, puede ser un buen apoyo educativo, hablar el mismo idioma tecnológico del estudiante genera una empatía que abre una puerta más al conocimiento, con nuevas y divertidas formas de aprender.

Las generaciones han cambiado y con ello los métodos y técnicas de enseñanza, todos aprendemos diferente y que maravilla que ahora podamos utilizar este tipo de recursos como apeo en el trabajo docente.

Pero no todo es color de rosa, también existen argumentos en contra del uso escolar del Facebook en el sentido de que, se puede dar un uso abusivo, convertirse en evasor y distractor más que como recurso educativo, y en otro plano, se cuestiona el hecho de que, el profesorado pueda presentar falta de conocimiento sobre metodologías y estrategias para la implantación de esta herramienta, y otros riesgos en su uso.

La realidad es que, en la práctica, quienes laboramos en centros educativos sabemos que la prohibición del uso de redes sociales en los campus, es una batalla casi perdida, es mejor darle un uso responsable que se traduzca en beneficios para el alumnado. 

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