El Desafío de la Inclusión Social y Económica de los Indígenas: Un Enfoque Progresista para Hidalgo

En México, las comunidades indígenas confrontan una serie de obstáculos que parecen insuperables: pobreza exacerbada, discriminación arraigada, acceso limitado a servicios básicos y derechos económicos y sociales recortados. Es una dura realidad que afecta a toda la nación, pero se manifiesta de manera más cruda en regiones de alta diversidad indígena. Hidalgo es una de estas regiones.

Durante mucho tiempo, la exclusión ha sido la norma. Un claro reflejo de esto fue el periodo 2018-2020, cuando la pobreza y la desigualdad en los municipios indígenas de Hidalgo se intensificaron de manera alarmante. Las brechas socioeconómicas se ampliaron y las comunidades indígenas quedaron relegadas, perpetuándose como los sectores más pobres del estado. La administración anterior, lamentablemente, invirtió insuficientemente en estas áreas críticas, dejando a la merced del desamparo a aquellos que más lo necesitaban.

Hoy, nuestra administración adopta un enfoque radicalmente diferente, un progresista hacia la inclusión indígena. Hemos decidido invertir más de 150 millones en los 22 municipios indígenas de Hidalgo para el año 2023. Esta inversión se realiza a través de dos programas clave: Bienestar y Desarrollo y Bienestar para Madres Solteras. Nuestro enfoque se fundamenta en el respeto a los derechos de tierra indígena, invierte en educación y salud culturalmente pertinentes, apoya el desarrollo económico autónomo y fomenta activamente la participación política de las comunidades indígenas.

Existen experiencias internacionales que han demostrado que políticas progresistas pueden generar cambios tangibles en la inclusión indígena. Países como Nueva Zelanda y Bolivia han implementado políticas de inclusión que han logrado avances significativos. Inspirados en estos éxitos, estamos trabajando para implementar políticas similares en Hidalgo.

Conscientes del desafío que tenemos por delante, hago un llamado a todos los líderes políticos, a la sociedad civil y, por supuesto, a los propios indígenas de Hidalgo a trabajar conjuntamente por la inclusión social y económica de estas comunidades. Para hacer efectiva esta inclusión, propongo un plan transversal que, más allá de ser una respuesta a la marginación, se convierta en una estrategia de integración y reconocimiento.

Nuestra Secretaría de Bienestar e Inclusión Social pone en el centro de su labor a la población indígena del estado. Hemos dado prioridad a los 22 municipios indígenas en nuestras reglas de operación. Esta prioridad se ha traducido en una inversión de más de 150 millones exclusivamente en zonas indígenas. Así, estamos avanzando de un pasado de negligencia a un presente y futuro de respeto y equidad.

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