Columna de Jorge G. Correa

Jorge González Correa / Sin Protocolo

El abandono de los fraccionamientos del sur de Pachuca

Crecen los fraccionamientos de Pachuca sin drenaje, transporte ni vialidades suficientes; los afectados son los mismos que sostienen la recaudación municipal

Jorge G. Correa
Junio 17, 2025

En los últimos 30 años, Pachuca y su zona metropolitana han experimentado un crecimiento acelerado y desordenado. Las constructoras, amparadas por la permisividad de autoridades municipales y estatales, han edificado miles de viviendas sin dotarlas de la infraestructura mínima para garantizar una vida digna a sus habitantes. Drenaje, agua potable, vialidades y transporte público brillan por su ausencia.

Los municipios de Pachuca, Mineral de la Reforma, Zempoala y San Agustín Tlaxiaca continúan autorizando desarrollos habitacionales que se anuncian como “residenciales”, pero que en realidad abandonan a las familias desde el primer día que reciben las llaves. Lo que comienza como el sueño de tener una casa propia, pronto se transforma en una pesadilla diaria de fugas, inundaciones, tráfico y servicios colapsados.

El pasado domingo, durante los festejos por el Día del Padre, miles de familias tardaron entre dos y tres horas para regresar a sus casas después de comer en algún restaurante. Las pocas salidas viales hacia los fraccionamientos, la falta de planeación y el tráfico caótico hicieron imposible el tránsito, como sucede cada fin de semana, cada lluvia fuerte o cada puente vacacional.

El colmo es que estos mismos fraccionamientos generan buena parte de los ingresos municipales vía el impuesto predial. Zonas como Real Toledo, El Saucillo, Las Torres o La Calera representan un porcentaje importante de la recaudación de Pachuca, Mineral de la Reforma y Zempoala, pero siguen olvidadas por los gobiernos locales, que destinan los recursos públicos a zonas céntricas o de élite, como la Zona Plateada y San Javier.

Ahora que se construye el Tren CDMX-AIFA-Pachuca, la gran incógnita es si el recorrido del tren desde la Ciudad de México será más rápido que el trayecto de la estación al domicilio de quienes viven en estos fraccionamientos abandonados. Si no se resuelve la movilidad local, el tren solo servirá para dejar más en evidencia el caos urbano de Pachuca.

Mientras tanto, los desarrolladores inmobiliarios siguen aumentando sus ganancias sin asumir responsabilidad alguna por el colapso que dejan tras de sí. Autoridades de Protección Civil siguen incapaces de prever lluvias fuertes o elaborar planes de emergencia realistas. Y los gobiernos municipales siguen sin tocar la puerta de quienes se han beneficiado de este desastre urbano.

Ya es momento de que los constructores asuman parte de los costos que han generado. Y de que los funcionarios municipales dejen de administrar la comodidad de unos pocos para mirar hacia donde viven miles de familias. No todo es Zona Plateada o San Javier; la zona sur también es Pachuca.

mho