Desgaste en frisos y Atlantes de la Zona Arqueológica de Tula genera preocupación
Los frisos de la Zona Arqueológica de Tula se están desmoronando, por lo que, se podrían perder totalmente, así lo acusó el arqueólogo tulense, Pedro Cardozo, quien también aseguró que los Atlantes están presentando fragmentaciones en las piedras, lo que podría generar que, en un sismo, se caigan.
En entrevista, el arqueólogo señaló que hace unos días se informó de la destrucción de la alfarda de la escalinata sur poniente del juego de pelota 1, derivado de la situación climatológica, sin embargo, Pedro Cardozo puntualizó que esta y otras afectaciones se producen por dos razones principales.
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La primera se deriva de los hoyos por desprendimiento a la hora de hacer limpieza, es decir, se retira la hierva y a la hora de quitarla se viene con parte del muro; y dos, también tiene que ver con que existen pozos de saqueo que se hacen en los edificios, en busca de vestigios.
Estas son afectaciones menores que se pueden reparar con la piedra que hay en el lugar y un bulto de cal, por lo que, puntualizó, no se gastaría más de 100 pesos en poder hacer las reparaciones, pero dijo, las verdaderas afectaciones se registran en los frisos de la pirámide B y en los propios atlantes.
En cuanto a los frisos enfrente del Coatepantli, el arqueólogo explicó que, de los 51 frisos, se tiene una pérdida total del 60 por ciento, es decir, alrededor de 27 tienen afectaciones graves y señaló, si se pierden estas piedras, se perdería una parte importante de las construcciones que “garantizan la grandeza de la cultura tolteca”.
Estos frisos se están deleznando, provocada por una hidrólisis, por una sobrecarga de agua natural y, para protegerlos, les han puesto cal, lo que provoca que ya no se desmoronen, sino que ahora se fragmentan en “costras”, toda la parte de abajo ya se perdió, señaló, lo cual pudo comprobar La Jornada Hidalgo, la afectación es severa.
Zona Arqueológica de Tula: Atlantes pierden fragmentos debido a la contaminación
En cuanto a los atlantes, las emisiones de la carbonera de Atitalaquia y las cementeras de la zona han se están mezclando y provocando micro explosiones nucleares en la piedra de los atlantes, lo que genera que hayan comenzado a perder fragmentos y se perciban micro cavernas en los monumentos, algunas de hasta 20 centímetros de profundidad.
La afectación es severa, pero poder salvarlos no, pues según Pedro Cardozo, la solución sería lavarlos con jabón desosado y agua purificada, algo que no costaría más de mil pesos, por lo que, puntualizó que atender los monumentos es sólo cuestión de voluntad, no de dinero.
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Aunado a ello, se tiene que hacer un proyecto integral que garantice la desaparición de las afectaciones que presentan los monumentos, un proyecto específico, avalado por el arqueólogo de base y que la coordinación de Restauración, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), venga a hacer un dictamen y una valoración.
Con eso, se podría garantizar que los monumentos de la Zona Arqueológica de Tula se mantengan en pie y en buenas condiciones por muchos años más, así lo aseveró el arqueólogo Pedro Cardozo.
MHO
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