De D10SES Y PANTEONES
Epopeyas
En muchas de las grandes leyendas, los héroes se lanzan a la aventura con un objetivo en mente, conscientes o no, de las calamidades que deben franquear en su travesía, pero con la firme intención de que su destino final sea aquel por el que tanto han luchado. En la mitología conocemos de un héroe de nombre Hércules, que más allá de su naturaleza de ser un semidiós dejó su existencia terrenal para ascender y convertirse por completo en un dios.
Justo de ese paso trascendental fuimos testigos hace solo unos días con el ídolo, no solo de una nación, si no de muchas generaciones alrededor del planeta: Diego Armando Maradona fue llamado al ‘Olimpo’ para engrandecer su leyenda y erigirse como lo que por muchos años fue proclamado por sus fanáticos aún en vida: ‘El D10s del futbol’. Inútil es entrar en polémica de si el ‘Pelusa’ es el mejor jugador de todos los tiempos, el debate desde hace décadas sigue y permanecerá abierto, pero para quienes representa un referente en su vida, el Diego lo es todo: héroe, ídolo, D10s.
El ‘Diego’ estuvo marcado en varios capítulos de su epopeya por nuestro país: en 1986, con la obtención de su máxima conquista: la Copa del Mundo con aquella gran actuación con la Selección Argentina en el Estadio Azteca; en 1994, tras ser suspendido por la FIFA en el Mundial de Estados Unidos; al disputar el primer Campeonato Mundial de Futbol Rápido en nuestra ‘Bella Airosa’, justo donde en el 2011 fue investido al Salón de la Fama del Futbol Internacional, por infortunio sin su presencia, esa que hoy ya extrañamos, después de haber gozado de ella por 60 años en este mundo terrenal.
Pareciera ser que los finales trágicos están predestinados para los grandes héroes, y justo esta semana recordamos a la máxima leyenda del Club Pachuca a 8 años de su partida: Miguel Calero, quien tantas alegrías dio a su ‘hinchada blanquiazul’ (como él le decía) durante la época que figuró como el cancerbero tuzo, y la que desde entonces tanto le añora tras glorificarse con aquella emblemática frase con la que lo despidió su hermano: “¡Vuela alto, ‘Cóndor’!
En el ámbito deportivo pocos son los mortales que con sus obras pueden transmutarse en deidades de sus entornos, de sus naciones, de sus mundos, hoy por los recientes hechos y conmemoraciones tuvimos como muestra a estos grandiosos futbolistas, pero ¿de qué otros titanes del deporte les gustaría que hiciéramos remembranza en ‘Epopeyas… de hidalgos, heroínas y otras gestas deportivas’.
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