Campañas, a punto

Historias que contar

El próximo lunes se iniciarán lo que en Morena se definieron como recorridos de quienes aspiran a ser el nuevo Coordinador en defensa de la transformación. Sus acciones en este sentido concluirán el domingo 27 de agosto. Para trasladar estos conceptos a palabras que todavía en la política nacional se identifican más precisamente, se diría que serán quienes aspiran a la candidatura por la presidencia de la Republica y que, en el lapso mencionado, 70 días, realizarán campañas para atraer el apoyo de los electores.

De los registrados, Marcelo Ebrard, exsecretario de Relaciones Exteriores, se ha visto más exultante, festivo, podría apuntarse. Tras confirmar su dimisión como Canciller, se entrevistó con Andrés Manuel López Obrador. Llegó a Palacio Nacional impecablemente vestido, es decir traje, corbata, calzado reluciente y después de hora y media, salió, pero togado con una playera blanca, con la leyenda “Sonrían, todo va a estar bien”. Y él, manos en lo alto y risas y alegrías desbordadas. Incluso de AMLO dijo que “era su hermano”. Aquí tal vez recordó que el presidente ha identificado de esta forma a otro contendiente, su paisano, Adán Augusto López.

Retomando una de las reglas a que deberán ajustarse los participantes, se especificó, quienes aparezcan en segundo y tercer lugar de la encuesta final, podrán ser invitados por el ganador a sumarse a su gabinete.

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Ebrard, a pregunta expresa, precisó que invitaría a Claudia Sheinbaum para ser secretaria de Gobernación.

Todavía, en epílogo, sus ojos clavados en lo que es la residencia oficial del Ejecutivo nacional, y declaró:” Aquí nos veremos en el 24”.

Dentro de esta efervescencia campeó una duda: ¿Con qué recursos los ya pretendientes a la candidatura cubrirán gastos en sus traslados electorales? Tras terminar el domingo pasado la reunión del Consejo Nacional, que encabeza Alfonso Durazo, otra especificación fue que deben encabezar actos austeros, sin derroche en publicidad y sin usar presupuesto o bienes públicos, así como evitar debates públicos o polémicas entre ellos. Algo más fue evitar acarreos, reparto de dádivas o prebendas.

¿Entonces, de dónde obtener el apoyo financiero para sus viajes y la organización de eventos, más lo que implique en erogaciones quienes de confianza los acompañen? O, como suele decirse: ¿De su bolsa? ¿Su partido, Morena, ¿no colaborará en esto? Inversión plausible para el ganador, sin duda.

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Otra observación insalvable es que no podrán hacer campaña con aspirantes ni López Obrador, líderes de bancadas, gobernadores, alcaldes y consejeros de campaña. Algunos mandatarios estatales, siete, según se filtró, habían externado simpatías por Sheinbaum; de inmediato callaron.

Julio Menchaca Salazar entendió el no manifestar preferencias. Dijo que se debe tener piso parejo y dejar que los ciudadanos manifiesten a quienes apoyan. Declaró que no se inclina por ninguno. Rememoró que en la cena de gobernadores encabezada por López Obrador, todos se comprometieron a no intervenir. Más claro fue externar que cada uno es responsable de sus actos, y si algunos no lo acataron al hacer públicas sus identificaciones con los ya formales pretendientes a la candidatura, él no estaba, ni estaría en actitud de criticarlos.

Por lo que se refiere a Hidalgo, determinante adelantó que si alguno de sus cercanos colaboradores tuviese la intención integrarse con algunas corcholatas, podrían hacerlo, pero deberían renunciar a su cargo.

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