Acepta la vida, tal como viene

El Surtidor

Investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) junto con académicos de la Universidad McGill recopilaron y analizaron información sobre las actividades económicas y no económicas de los seres humanos con el fin de estimar, cómo es un día en la vida del mundo.

Para averiguarlo, examinaron los datos sobre el uso del tiempo y el trabajo recopilados durante el periodo 2000-2019 (para evitar cualquier impacto de la pandemia de COVID) en más de 140 países (que representan el 87 % de la población mundial).

Para ello utilizaron 24 categorías que se dividen en tres grandes grupos. El primero con las destinadas a alterar el mundo exterior (incluido el suministro o modificación de alimentos, energía, edificios, mantenimiento del entorno, etc.).

El segundo con las categorías centradas en las mentes o cuerpos humanos (incluido la higiene y el cuidado del aspecto personal, el estado de ánimo y la salud de uno mismo y de los demás, así como la educación, la religión, las aficiones, la socialización, los deportes, los medios de comunicación, el descanso, etc.).

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Y finalmente, el tercero con la organización de actividades dentro de la sociedad (como el transporte, el comercio, las finanzas, el derecho y la gobernanza, etc.)

El estudio arrojó información sumamente relevante para comprender el comportamiento y el humor de los seres humanos, por ejemplo, se señala que se ocupan 9 horas al día a actividades centradas en el ser humano.

Los investigadores estimaron que toda la economía mundial ocupa unas 2,6 horas de la jornada humana media. Esta actividad económica está dominada por la agricultura y la ganadería, seguidas de actividades como el comercio, las finanzas y el derecho, y la industria manufacturera.

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Aunque el total de 2,6 horas pueda parecer pequeño, la población activa solo representa alrededor de la mitad de la población mundial. Para la población activa, esto equivale a una semana laboral de 40 horas.

Sorprendentemente, el tiempo dedicado a actividades como las comidas, los desplazamientos diarios, la higiene y el aseo personal y la preparación de alimentos no cambia de forma sistemática en función de la riqueza material de una población. En cambio, el tiempo dedicado a cultivar y recolectar alimentos varía mucho en función de la riqueza: desde más de 1 hora en los países de renta baja, hasta menos de 5 minutos en los países de renta alta.

En una interpretación abierta, pasamos más de un cuarto del día dormidos y dos cuartos del día haciendo lo posible para poder llegar a dormir. Lo que nos deja poco o nada de tiempo para reflexionar crear un plan que nos indique: ¿Hacia a dónde vamos?

Por ello, en contraste con esta información, pienso en un fragmento de una de las Cartas que Rainier Maria Rilke le envío a Franz Xaver Kappus, donde dice: “Una obra de arte es buena si ha nacido al impulso de una íntima necesidad. Precísamente en este su modo de engendrarse radica y estiba el único criterio válido para su enjuiciamiento: no hay ningún otro. Por eso, muy estimado señor, no he sabido darle otro consejo que éste: adentrarse en sí mismo y explorar las profundidades de donde mana su vida. En su venero hallará la respuesta cuando se pregunte si debe crear. Acéptela tal como suene”.

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Daniel Fragoso

Daniel Fragoso Torres. Nació en Pachuca, lector, escritor, se ha desempeñado como profesor universitario, periodista, editor, funcionario público y consultor. Es insomne.