Yo apuesto al lector inteligente: Alejandro Alonso
Planetas, galaxias, hoyos negros, lucha entre el bien y mal y un sinfín de aventuras es lo que les espera a los niños en el libro que cobija Editorial Porrúa
Hoyos negros, la inmensidad del espacio, planetas, galaxias, peligro y mucha aventura es lo que nos espera dentro de las páginas de La serpiente emplumada, un libro apto para aquellos niños que son arriesgados y curiosos.
Y es que, a decir del mismo autor, Alejandro Alonso, dicho volumen de ciencia ficción es un tratamiento del mito de Quetzalcóatl con elementos que conforman el universo, su obsesión desde pequeño y que lo ha llevado, entre otras cosas, a especializarse en la ciencia.
Sin embargo, hay que ser honestos, esta obra editada por Porrúa, sí, la misma de la colección Sepan Cuántos, de ninguna manera está planteada como un libro histórico y tampoco científico, solo que es una apuesta, una quimera que tiene dichos parámetros para que pudiera tener credibilidad dentro de un escenario totalmente fantástico.
“De chavo yo tenía en mente el fenómeno del hoyo negro, pero no como el fenómeno físico que ahora se conoce, sino como una abstracción y entonces de ahí nace un primer libro que por fortuna toma Porrúa y que se llama El fabricante de estrellas y que después se vuelve un éxito editorial con ellos y ahorita va la tercera edición.
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“A medida que avanzaba la segunda a la tercera (edición) me preguntaban si yo tenía en mente una secuela, la verdad es que no, ni en el tintero, pero en la primera narrativa (libro) hay un personaje que es la Serpiente emplumada, que es una ficción de Quetzalcóatl y es el lado femenino de este personaje y llega el momento en que me dije ‘pues por qué no’, y se da La serpiente emplumada, que es una secuela”, explicó Alonso.
El también productor televisivo, especializado en programas educativos, científicos y sobre todo en series animadas como “Virus”, que se transmitió por Canal 22 para explicar a niños y grandes qué son estos minúsculos y peligrosos microorganismos, como el Covid-19, confiesa que nunca tuvo en mente ser escritor para niños, pero gracias a una amiga que lo sumó a un proyecto pudo realizar su primer libro infantil.
Su inquietud por la oscuridad infinita y una pesadilla febril por un número interminable que lo hizo sudar desde joven fue el hilo conductor para presentar la primera parte de tres.
“Cuando se da este punto de hacer un ejercicio de literatura infantil, ni siquiera lo pensé, no tenía un plan, fue así a bocajarro y cuando me veo inmerso en eso cobra un sentido muy peculiar mi vida.
“El tema de los niños para mí es algo complicado porque yo no pensaba hacer nada […] Entonces, el recordar todo esto (pesadilla) y que se me venga el momento me hizo pensar que se puede hacer algo para niños con algo que no es para ellos y ese fue el tema”, aseguró.
El viaje de la serpiente emplumada, que se impulsa mediante su plumaje de fuego, va entre galaxias y planetas. Esta mítica aeronauta, proveniente ni más ni menos que del planeta Tierra, ha tenido que dejar a buenos amigos, como el fabricante de estrellas, para perseguir el sueño de encontrar el elixir de la vida y calmar su sed.
Pero la serpiente encontrará grandes peligros a lo largo de su trayecto, pues ¿quién dijo que los viajes espaciales eran inofensivos? Ante la amenaza de hallar a la terrible Titanis, la cruel ave de pico de hacha y filosas garras bate sus plumas luminosas, se interna en rincones del universo y vive las más fantásticas aventuras dentro del libro.
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Un libro no digerible, pero entretenido
Alejandro Alonso se considera un escritor que no es fácil de leer, ya que los temas que maneja no son fáciles de explicar, sin embargo, considera que los niños son inteligentes, abiertos y curiosos para entender lo basto que puede ser el universo y la ciencia.
“Si es secuela, debe generarse un puente narrativo que tenga una lógica, hay variaciones, hay secuelas que no cambian porque el impacto comercial es ese, en esta no cambió. Yo no buscaba el impacto comercial, pero sí hay cambios porque la pieza lo que tiene, o sea, lo que no cambia, es que no es un libro fácil, no es un libro que busque a un lector fácil al que todo se lo digieres, que es la costumbre de los libros para niños.
“No estoy de acuerdo con eso, no me considero un escritor fácil porque los temas no lo son, mis temas son sobre el universo, el origen y finitud del universo. Tiendo hacia el misterio, pero tampoco a uno feliz en el que todo se resuelva. Entonces ahí hay un problema con mi escritura. Lo otro es que la manera de narrar tampoco es como digerida para que la entiendas a la primera, la verdad no me interesa y eso ha sido un reto editorial. Porrúa aceptó el reto y estoy muy agradecido, y bueno, del Fabricante a la Serpiente se complica la esencia, es la misma, pero está más complicada.
“Yo apuesto al lector inteligente, me parece que el niño de fondo es poeta, me parece que la poesía, como la entendían los antiguos, es el constructor, el hacedor de construcciones…”, comentó.
Alonso se encuentra ya escribiendo la tercera entrega de su saga fantástica, el cual llama El devorador, y con esto da fin a lo que comenzó como un reto e invitación, algo que goza y se divierte como niño.
“Hay tres personajes claves en la saga y ahí se acaba, es el Fabricante, que es el que genera el universo, la Serpiente es la búsqueda del origen y la finitud del universo y el Devorador, que eso es lo que estoy trabajando, que es finalmente el universo mismo, estoy con este personaje, que es un hoyo negro, lo estoy trabajando y me estoy divirtiendo mucho con él.
“Ahora veo que a los niños les encanta mucho lo gótico y sí estoy metiendo esos elementos, me encanta, me encantan las atmósferas, quiero hacer más plausible el sonido, me alimento mucho de música experimental y quiero ser más deletreable el sonido del ruido y estoy trabajando mucho en eso y en los escenarios, el infinito finito, abstracción concreción, estoy trabajando en eso y que un chavillo pueda recibirlo bien”, finalizó.
Por Alan Luna