Wilco, Ida Vitale y el arte de ‘no entender’

CIRCO SÓNICO

Jeff Tweedy -el comandante de Wilco- tiene 56 años; Nels Cline -asombroso guitarrista de la banda, alcanza ya 67 años de edad; mientras que Cate Le Bon se queda apenas en los 40. Al trabajar juntos -con el resto de los músicos de la banda- se tienen que basar en un diálogo intergeneracional que da muy buenos dividendos.

Le Bon es nativa de Gales; Tweedy nació en el estado de Illinois, mientras que Cline es oriundo de Los Ángeles. ¡Vaya combinación! Y es que Wilco goza de una estupenda reputación que los ha convertido en un grupo de culto y que interesa a los que buscan la mayor calidad en cuanto a instrumentación y letras… partiendo de lo que se conoce como Country alternativo o Americana.

Wilco no es una banda que llene estadios, pero hace su magia en teatros de mediana capacidad (en México aparecerá en diciembre en el Teatro Angela Peralta); ellos saben muy bien a que círculo pertenecen y allí se hubieran podido quedar, a no ser porque Cate Le Bon les ha dado una buena sacudida en el estudio, justo a la hora que llegan al cabalístico álbum número 13 y que ella se encargó de producir.

De entrada, podemos apegarnos a lo que la productora piensa de la agrupación: “Lo increíble de Wilco es que pueden ser cualquier cosa… son tan maleables y hay un hilo de autenticidad que fluye a través de todo lo que hacen, sea cual sea el género, sea cual sea la sensación del disco. No hay muchas bandas capaces de, a estas alturas de una larga carrera, cambiar las cosas con éxito”.

Es así como llegamos hasta Cousin -ese simbólico décimo tercer álbum- y que comienza con “Infinite Surprise”, una pieza que tiene el metrónomo como base y en la que las guitarras de Nels Cline se muestran brumosas y llenas de textura.

Cousin se completa con otras 9 canciones, conformando una decena muy cohesionada y que tiene en uno de sus sencillos de anticipo –“Evicted”- el mejor de ejemplo de esa labor de renovación sonora a la que se evocaron y que también se plasma a la perfección en “Meant To Be”, que es delicada y llamativa a partes iguales, colocada para cerrar el disco.

De Wilco se ha dicho que han labrado 30 años de grandeza gracias a: “su intrepidez, posible gracias al virtuosismo musical y al lenguaje secreto que sólo una familia comparte”. Y esto es muy cierto, es por ello que conecta muy bien con el pensamiento de la poeta Uruguay Ida Vitale cuando dice: «La poesía es un trabajo compartido entre poeta y lector. Esa pelea compartida, es lo que importa«… en este caso la misión corre a cargo entre los escuchas y los ejecutantes -en un estira y afloja muy productivo y disfrutable-.

Cousin fluye con sedosidad y es así que nos encontramos ante temas de serena belleza musical como “Ten Dead”, que también nos puede remontar hasta una historia siniestra: “Turn on the radio, this is what they said / No more, no more, no more than ten dead«.

Y es precisamente está canción la que me permite remontarme de nuevo hasta las ideas de Ida Vitale -quien por cierto tiene 99 años de edad: “Especialmente a cierta edad, la vida es sobre todo no entender. Hay quienes abandonan y hay quienes insisten”.

Wilco no requiere de tratar de entenderlos, sino de sentirlos plenamente y ellos buscan provocar una experiencia sensible que sea expansiva; por mucho tiempo fueron un grupo de músicos que atrajo a otros músicos, luego sedujo a los escuchas más delicatesen, pero llega el momento de que conecten con un público más amplio… ¿eso habrá de suceder? Sólo el arte lo sabe.

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