Viuda negra, belleza y traición

Venus triste (Grijalbo), de Ana Romero, sigue la vida de María Teresa Landa, quien ganó el concurso de Señorita México en 1928, lo que la lleva a convertirse en el centro de atención de todo un país. 

Este libro recibió recientemente el tercer Premio de Novela Histórica Claustro de Sor Juana/Grijalbo.

Parece que todo es alegría para Teresa Landa, sin embargo, esta obra es cautivadora y narra uno de los episodios más impactantes de la historia de ese México que aún sufría estragos de la Revolución y trataba de democratizarse ante los ojos del mundo. 

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“Hay libros con académicos, una biografía, hay muchos libros sobre ella, el asunto es que creo que se quedan mucho en la superficie porque en el caso de las mujeres criminales tendemos a quedarnos en la superficie; con Venus triste nos permite indagar en la psique de los personajes históricos, permite crear o inventar o imaginar un personaje completo y que no sea solo de dos dimensiones. 

“Es lo que creo que pasa con Teresa, ese estudio psicológico, porque ella es una asesina, pero es una de esas pocas situaciones que refleja, pues ella era mucho más que eso, era una mujer que quería ser libre, una mujer lectora, instruida, apasionada, era una hija que adoraba a su madre, era muchas cosas, tenía muchas facetas como cualquier ser humano y por eso creo que la novela era el medio que más podía reflejar todo eso que fue e hizo”, relata Ana Romero. 

Tras ser elegida Miss, un año después, la historia y la vida de Landa toma un giro que acaparó todos los medios de comunicación de la época, ella tenía 17 años cuando se le culpó de asesinato. 

La joven, tras ganar el concurso, conoce al general Moisés Vidal y se enamora, incluso se casa con el militar. Pero la felicidad se convierte en pesadilla cuando descubre que él está casado y tiene dos hijas, quienes viven en un municipio de Veracruz. 

María Teresa lee un titular sobre la familia de su supuesto marido y acusa al general de bigamia. 

La trama es conocida, Teresa mata a su presunto marido, aunque se descubriría después que todo había sido un montaje que el mismo Moisés creó. 

Para toda esta historia y darle la palabra a la viuda negra y quienes la rodean, la autora vivió distintos procesos creativos, incluso una transformación en su manera de pensar, la cual la tuvo que trasladar al siglo (milenio) pasado. 

“Primero lo que tuve que hacer fue conocer sus circunstancias, todo lo que la rodeaba y entonces me empapé de María Teresa, de su historia, de su fotografía, pero también del contexto histórico. Pasé mucho en mapas antiguos del centro de lo que era entonces la ciudad. Me fui a caminar por el frente de su casa. 

“Oía lo que se oía en esa época, buscaba las marcas, leía los periódicos no solo del caso, sino leía los periódicos para saber qué estaba pasando en la vida cotidiana. Leía la publicidad de esos años, hay un libro maravilloso sobre la vida cotidiana en México, entonces me sirvió muchísimo. A María la conocía un montón hasta que llegué a quererla mucho y comenzar a escribir una novela e inventarme una María Teresa basada en hechos reales, pero además una María Teresa que en el libro es una ficción, habla como yo creo que hablaría una muchacha de una familia de esa época, una familia pudiente venida a menos”. 

Ana estudió tanto al personaje, le dio tanta vida que hubo momentos en que la autora estaba fuera de la realidad. 

Pasó por un par de meses en los que sentía vivir en otra dimensión, convivir con fantasmas. 

“Traté de darle una fundamentación muy lógica a su personalidad, la puse a hablar, puse a hablar a los muertos y me gusta mucho eso en una novela histórica. Evidentemente hay un montón de mí, mi propia personalidad se desparramó por todos los poros de María Teresa Landa, pero no solo de ella, también de su madre, del esposo muerto, de su amiga, pues es inevitable que los escritores nos metamos un poco en nuestros personajes. 

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“Hubo unos meses, como que los más fuertes en los que sí, yo vivía en otra época, en otro mundo, era otro universo. Como que te absorbe, te jala un hoyo y es un viaje en el tiempo, es la verdadera máquina del tiempo”. 

La riqueza de la novela incluye fotografías, notas periodísticas y un diseño de portada impactante. 

Ana Romero crea una narrativa cautivadora en Venus triste y mantiene a los lectores en vilo desde el principio a pesar de que la historia ya se conoce. 

La vida de María Teresa Landa enamora y ella logró que al final fuera una mujer reconocida y admirada, pero al principio sufrió insultos, incluso de los medios de comunicación de esa época, que jugaron un papel importante. 

“Al principio, cuando empezó a ocurrir todo, resulta que la insultaron por estar en el primer concurso de belleza. 

“Los periódicos de esa época a María Teresa la tacharon de prostituta, lo menos, porque se fue a pasear en traje de baño en el concurso. La gente la adoraba, fueron 60 mil personas a su desfile como reina de belleza del país, era una cosa tremenda, pero la prensa no, esta siempre es como una muestra de la parte más conservadora de la sociedad y la atacó rudísimo. 

“Luego, cuando mató a su marido era como la constatación de que siempre la prensa había tenido razón, de que las mujeres ‘livianas’ se convertían en asesinas, pero por otro lado María Teresa era un ser muy creíble, no solo porque era muy guapa sino porque era muy amable, era muy culta. Entonces provocó un pleito entre los medios, no solo escritos, sino también la radio que transmitió su juicio”. 

Venus triste es una obra llena de aventura, intriga y emoción, donde la primera Señorita México toma decisiones impactantes en medio de la traición. 

Ana Romero escribe narrativa y poesía para niños y jóvenes, es guionista de cine y televisión. Estudió psicología en la Universidad Autónoma Metropolitana y creación literaria en la Escuela de Escritores de la Sogem. 

En 2011 obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil Juan de la Cabada. Forma parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte desde 2019. Ha publicado más de 20 libros; los más recientes son Nosotras/Nosotros (Fondo de Cultura Económica) y Casi hermanas (Penguin Random House Mondadori). Su obra narrativa para niños y jóvenes ha sido recomendada por instituciones nacionales e internacionales, especializadas en literatura infantil y juvenil.