Virgen de Guadalupe: miles de fieles la visitan en La Villita

Desde las 7 de la mañana, cada hora y media se realizó una misa en la parroquia Basílica de Santa María de Guadalupe, en Pachuca, mejor conocidas como La Villita.

Así las ceremonias religiosas fueron consecutivas desde las 7, 8:30, 10, 11:30 de la mañana, 13, 14:30 horas. Después a las 5, 6:30 y a las 8 de la noche es la última misa.

Para las 9 de la mañana de este lunes 12 de diciembre todavía no se colocaban la totalidad de los puestos, ya con el sol en alto los vendedores de atoles, pan y tamales eran los más activos, pues poco a poco empezaban a llegar los fieles.

Mientras en la iglesia la misa se celebraba y la gente se acercaba para la bendición de sus imágenes de todos tamaños, en cuadros y esculturas, se arrodillaba para entrar.

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«Madre de los mexicanos, dijiste venías a ser, pues ya lo ves, Morenita, si te sabemos querer. Ya viene amaneciendo», dice uno de los cánticos que se repartía a los católicos en unas hojas.
Uno que otra familia llevaba a sus niños vestidos de indígenas, aunque afuera sí había los atuendos identificados con Juan Diego.

Algunos músicos con guitarra dedicaban mañanitas, alguien más entraba a la Parroquia con un ramito de flores o veladoras en mano.

Después de dos años de pandemia, en el que se prohibieron los encuentros masivos, se recomendó mantener la distancia y evitar el rito del «saludo de la paz», en este 12 de diciembre del 2022 ya no tuvo algún comentario por parte del sacerdote que oficiaba la misa.

Algunas personas un poco con inseguridad asentían con la cabeza, a manera de cumplir con la tradición católica sin exponerse del todo a tocar al prójimo. Fueron los menos que extendieron la mano para cumplir con el toque acostumbrado antes del Covid-19.

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El uso del cubrebocas en un 90 por ciento de los asistentes fue un detalle constante, aunque ya no es de uso obligatorio.

Cuatro personas repartieron el cuerpo Cristo a quien decidió formarse en una fila para comulgar.

El sacerdote realizó una invitación a «la familia católica», a regalar una bufanda, una chamarra, una prenda que quieran compartir con las personas en situación de calle, que durante esta época decembrina es necesaria. Ojalá que lleven este deseo de ayuda en sus corazones para ayudar a otros hermanos.

Al terminar la misa, casi a las 10, un grito de ¡Viva la Virgen de Guadalupe! Se escuchó al interior de la iglesia, mientras afuera algunos cohetones retumbaban. Una que otra porra se escuchó y en esta misa, «pueden ir en paz».

«Adiós, Reina del cielo, Madre del Salvador. Adiós, oh Madre mía, adiós, adiós, adiós».

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