Viacrucis en Acatlán cumple 33 años

Con 33 años ininterrumpidos, se realizó el viacrucis viviente en el municipio de Acatlán, como dato curioso resaltado por los mismos organizadores, la misma edad de Cristo cuando fue crucificado.

La emblemática representación en la región del Valle de Tulancingo, cada año aloja una mayor afluencia de asistentes, número similar de personas que habitan en este municipio, más de 20 mil.

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El exconvento agustino de San Miguel Arcángel, que se convierte en un teatro a cielo abierto para más de 200 actores, fue el punto para llegar en un recorrido de casi 3 kilómetros a la Unidad Deportiva, lugar de la crucifixión.

También niños, niñas y adolescentes participaron con algún personaje o como espectadores. “Adiós”, exclamó un menor al ver a José Pimentel Rodríguez, quien representó a Jesús de Nazaret, por segunda ocasión.

Fieles al relato bíblico, los soldados golpearon y se burlaron antes de colocarle la corona, <con qué te crees Dios, toma tu corona>, para después cargarle la cruz de madera que pesaba más de 80 kilos, hecha por un carpintero local.

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Devotos y observadores con celulares en mano para capturar los azotes, escoltaron las calles durante la escenificación de esta tradición católica.

Muchos asistentes reflejaron en su rostro la incomodidad al presenciar cada caída, otros se conmovieron con los diálogos de la simbolización, que también al igual que las acciones, fueron convincentes.

Para esta representación en Acatlán de la Pasión de Cristo que duró casi cuatro horas, se contó con el apoyo de protección civil municipal; y puntos donde se suministraba hidratación gratis a los participantes.

“Es que aquí también lo hacen con bastante realidad”, expresó una habitante de la cabecera municipal a una persona que por primera vez acudió al viacrucis viviente de Acatlán. 

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