TRADICIÓN MUERTA

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Garlito  

Tres fechas importantes y ya en el olvido, de quizá la tradición más antigua de la capital del estado, Pachuca, que tienen una característica que los diferencia de otros pueblos, aquí las tradiciones son endebles o se modifican por ignorancia o una modernidad mal entendida; 1771, como benefactor del convento Pedro Romero de Terreros realiza procesiones de Huascazaloya al tempo y convento de San Francisco de Asís, en Pachuca, para dar gracias por los beneficios recibidos por las piedras y esclavos indios de estas tierras, dando origen a la feria de los franciscanos; 1868, cuando se promulga el decreto que crea la feria de San Francisco, a celebrarse entre el 3 y 4 de octubre en las inmediaciones del templo y convento; aunque la vendimia de los frailes, data poco después de 1622. 

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Algodón  

Fray Francisco de Torantos, proyecta en 1596 un templo y convento de estilo barroco, aunque concluirán la obra con muestras del churrigueresco y neoclásico, los padres franciscanos provenientes de las órdenes mendicantes, es decir sobrevivían de la mendicidad gracias a las limosnas de sus feligreses, utilizaban esta táctica para acercarse a los aborígenes, extraerles información a cambio de enseñarles, oficios y actividades que facilitarán la conquista espiritual y militar de los españoles, logrando confianza y amistad con los pueblos invadidos; apicultura, ganadería menor, cría de aves de corral, oficios de albañilería, carpintería, alfarería, agricultura menor, huertos, hortalizas, etcétera, se percatan que pocos son los productos que en la zona se elaboraban por lo que tienen una gran idea, enseñarles a mercar, desde entonces el comercio es única, socorrida y vilipendiada actividad pachuqueña. 

La de los franciscanos era solo una vendimia, algunos artículos de primera necesidad para una población con dinero, pero sin comercio, jarros y cazuelas, cobijas, sarapes y huaraches, azadones, palas, picos, marros y barretas, leña, carbón, sogas, mulas y burros, maíz, frijol, trigo y bastante pulque, entre otras eran las mercaderías cuyas transacciones, son el inicio del comercio en Pachuca, reactivado cada 4 de octubre, mero día de San Francisco; Pedro Romero de Terreros benefactor desde 1745 del convento, efectúa una gran procesión desde Huasca, Omitlán, Real del Monte, El Chico y Pachuca, celebrando una misa de relevancia, cuyos asistentes al final comerciaban, comían y bebían, para 1771 era ya una costumbre anual, ofrecer gracias, comprar y vender, origen real de la feria de San Francisco, horriblemente hoy conocida como “la tradicional” (¿?).

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De azúcar

La paciencia franciscana era notable, 87 años después y ante la consolidación no solo de la conquista espiritual y militar de España sino ya la independencia del reino, ya con el nacimiento del nuevo país México y a un año de convertirse en el estado que llevará el nombre del padre de la patria, Hidalgo, en 1868, se publica el decreto que crea la feria de San Francisco de Pachuca, con objetivos claros herencia de los frailes seguidores del de Asís, venerar a San Francisco, vender productos de las diferentes regiones del estado, dando absoluta prioridad a los comerciantes locales, orden que se acató quizá hasta los años 50´s del siglo pasado, en que esa tradicional feria, paso a ser muestra industrial, comercial y ganadera, donde la promoción era para los sectores productivos del estado de Hidalgo, costumbre que cayó cuando la internacionalización, se robó la feria del pueblo. 

Décadas atrás no muchas, en la feria de San Francisco, era común encontrar los buñuelos de doña Manuelita un poco más sabrosos que los de doña Gudelia, asimismo las manzanas acarameladas de don Juan, merengues y trompadas de don Beto, palanquetas o algodones de azúcar del señor López o los tacos de cabeza y tripa de don Toño, las chalupas de doña Lore, vecinos todos de Pachuca, que daban al ambiente provinciano, pequeñas muestras de afecto, personalización y un sello de calidad comprobada; la civilización se tragó la posibilidad que comerciantes locales de bajos recursos tuvieron la posibilidad de ventas, por la bondad de los seguidores franciscanos hoy día, es lamentable encontrar un tianguis de cosas chinas, camisetas roqueras, tenis, discos compactos y accesorios para celulares, entre mil baratijas y los mercaderes evidentemente no son pachuqueños; la denuncia de comerciantes a los que se les cobró más de lo estipulado por la alcaldía, impide fortalecer el comercio local y beneficia solo a organizaciones de comerciantes fuereños, acciones oscuras en la venta de espacios, desdén por los hidalguenses y sin duda una red de corrupción hoy tan de moda; la tradición de la feria de San Francisco está muerta, hay otra que nada tiene que ver con aquella, es otra historia. 

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Rolando García

Pachuqueño, periodista guionista, registrando la historia cotidiana de todos los días
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