Teuchitlán: El cinismo de la derecha y la herencia de la violencia neoliberal

Teuchitlán: El cinismo de la derecha y la herencia de la violencia neoliberal

Por: Dino Madrid El hallazgo de un centro de operaciones del crimen organizado en México ha generado un intenso debate público. No es un hecho menor descubrir un espacio donde se cometieron atrocidades inimaginables, pero tampoco es una sorpresa que el crimen organizado haya operado con la complicidad de autoridades de distintos niveles. La descomposición […]

Redacción
Marzo 18, 2025

Por: Dino Madrid

El hallazgo de un centro de operaciones del crimen organizado en México ha generado un intenso debate público. No es un hecho menor descubrir un espacio donde se cometieron atrocidades inimaginables, pero tampoco es una sorpresa que el crimen organizado haya operado con la complicidad de autoridades de distintos niveles. La descomposición de la política neoliberal no desaparece de la noche a la mañana; al contrario, se resiste a morir e intenta reacomodarse dentro de la nueva dinámica de transformación que aún está en proceso de maduración.

La derecha, fiel a su naturaleza oportunista, no ha tardado en convertir este hallazgo en una bandera política, intentando cargar sobre el movimiento de la Cuarta Transformación el costo de la violencia que ellos mismos sembraron. Es un guion predecible: primero desmantelaron al Estado y entregaron el país al crimen organizado, luego provocaron una crisis humanitaria con su “guerra contra el narco” y ahora, desde la oposición, buscan lucrar con el sufrimiento que ellos mismos ocasionaron.

Pero más allá del discurso político, lo verdaderamente indignante es que esta situación ha revivido el dolor de una generación de niños y niñas a quienes Felipe Calderón les arrebató el derecho a la inocencia y a la seguridad. No hay manera de olvidar que su sexenio y el de Enrique Peña Nieto convirtieron a México en un campo de batalla, dejando un legado de sangre, desapariciones y miedo. Hoy, ese trauma sigue presente en quienes crecieron viendo cómo la violencia se normalizaba en su entorno.

Frente a este panorama, la responsabilidad del gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo es clara: atender a un pueblo que sigue en shock por los estragos de la crisis humanitaria heredada y, al mismo tiempo, desmantelar las estructuras de macrocriminalidad que aún persisten. Sin embargo, también es evidente que la oposición busca desviar la atención de los verdaderos responsables. No es casualidad que ahora pretendan instalar términos como “centros de exterminio”, manipulando el discurso con fines mediáticos para encender los ánimos y generar confusión.

Te recomendamos: El árbol y el bosque

Lo que está en juego no es solo la disputa por la narrativa, sino la memoria histórica de un país que no puede permitir que los culpables de más de una década de horror queden impunes. La derecha mexicana no tiene autoridad moral para hablar de violencia cuando fueron sus políticas las que sumieron a México en el miedo. Hoy intentan reescribir la historia, pero el pueblo no olvida: nos arrebataron una generación y ahora se atreven a jugar con su memoria.

MHO