Súper Bowl: Show de medio tiempo divide opiniones

Dr. Dre, Snoop Dogg, Eminem, Mary J. Blige y Kendrick Lamar se presentaron en el estadio So-Fi de Los Ángeles en el espectáculo de medio tiempo del Súper Bowl o Supertazón, la gran final de la liga de futbol americano que disputaban los Rams y los Bengals.

Sobre el césped del recinto, inaugurado en 2020 con un presupuesto de más de cinco mil millones de dólares, aparecieron cinco viviendas blancas colocadas sobre un mapa de Los Ángeles iluminado y los coches deportivos estacionados a la puerta, en un mensaje claro de que se trata fundamentalmente de una música urbana y del culto al dinero.

Los raperos se fueron sucediendo acompañados por sus respectivos cuerpos de bailarines en un espectáculo que supo a poco a los 70 mil espectadores que llenaron el estadio, en lo que parece una nueva normalidad tras dos años de pandemia del covid-19, pese a que tuvieron que presentar certificado de vacunación o test negativo y mascarilla.

Los cinco artistas reunidos han ganado 44 premios Grammy -solo Eminem tiene 15- y han creado 22 álbumes convertidos en el número 1 del Billboard.

Objeto esta semana de una denuncia por un supuesto abuso sexual ocurrido en 2013, solo Snoop Dogg no tiene ningún Grammy pese a haber sido nominado en 17 ocasiones.

El Supertazón regresó a Los Ángeles por primera vez desde 1993, en el tercer año de colaboración entre la NFL, Pepsi y Roc Nation, la compañía del magnate del hip hop Jay-Z, el marido de Beyoncé, que junto con el productor Jesse Collins produjeron este espectáculo.

La liga reivindica este show para promover la justicia social.

El show de medio tiempo dividió opiniones en redes sociales colocando en tendencia a la cantante Katy Perry quien encabezó en 2015 el show, asegurando que hasta el momento nadie ha superado el espectáculo de la cantante californiana.

Dioses en el Olimpo

«Es como ver a los dioses regresar al Olimpo», celebraba un usuario de Twitter sobre este miniconcierto de poco más de 10 minutos realizado en el descanso del mayor evento deportivo del año en Estados Unidos.

«El hip-hop es el género musical más importante del planeta en este momento, por lo que es una locura que nos haya llevado todo este tiempo en ser reconocidos», declaró Dr. Dre esta semana.

Dre incluyó a dos raperos sordos, Sean Forbes y Warren «WaWa» Snipe, en su espectáculo, por lo que por primera vez hubo intérpretes de los signos.

Dre, Snoop Dogg, Eminem, Blige y Lamar se sumaron así a una larga lista de artistas célebres que han actuado en este codiciado espectáculo, entre ellos Beyoncé, Madonna, Coldplay, Katy Perry, U2, Lady Gaga, Michael Jackson, Jennifer Lopez o Shakira.

En Twitter las opiniones estaban divididas. Muchos tuiteros aseguraban que el mejor espectáculo sigue siendo el estrellas como Katy Perry, Lady Gaga, Madonna y Shakira y Jennifer López.

En la edición anterior fue el cantante pop The Weeknd, Abel Tesfaye, quien protagonizó el espectáculo, marcado por las limitaciones que impuso la pandemia de coronavirus, protagonista en buena medida de aquel show. Un año atrás, la edición de 2020 fue eminentemente latina con Jennifer Lopez y Shakira.

Esta actuación de las megaestrellas se produce tres años después de las críticas de las que fue objeto la NFL por elegir a la banda de rock Maroon 5 en Atlanta, que durante años había sido considerada como la capital del hip-hop.

Se rumorea que artistas como Rihanna, P!nk y Cardi B habían declinado participar en aquella edición, entre la polémica por las protestas contra la brutalidad policial contra los afroamericanos que fueron lideradas por el entonces jugador de los San Francisco 49ers Colin Kaepernick.

Tras años difíciles marcados por la política y la pandemia, la publicidad preparó su retorno a lo grande en este Supertazón, que incluyó el regreso de grandes marcas y celebridades, que trataba de mostrar que Estados Unidos se levanta.

A una media de 6,5 millones de dólares por medio minuto, según varios medios estadounidenses. la cadena NBC que retransmite la final podría haber recaudado más de 500 millones de dólares.

La Jornada/Agencias AFP

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