Mucho hemos hablado sobre el uso de la tecnología en gran parte de nuestra vida y en particular, para la educación provee de beneficios incalculables, pues da acceso a recursos educativos ilimitados, se puede personalizar el aprendizaje y el desarrollo de habilidades digitales es determinante para el presente y futuro.
Si estamos sumando tecnología en el aula, es importante saber en qué medida y cómo lo estamos haciendo, el Modelo SAMR (Sustitución, Aumento, Modificación y Redefinición) es un marco para evaluar la integración de la tecnología en la educación.
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En este modelo, se describe el uso de la tecnología en el aula a través de cuatro niveles desde la sustitución simple de herramientas tradicionales hasta la transformación de la enseñanza y el aprendizaje y van como a continuación se describen:
El primero es la sustitución, donde la tecnología reemplaza directamente una herramienta analógica sin cambios funcionales, un ejemplo común es utilizar un procesador de textos en lugar de escribir a mano; el segundo es el aumento, donde la tecnología se usa como mejora funcional sobre una herramienta analógica, siguiendo la anterior muestra, aquí aplica al usar un procesador de textos con corrección ortográfica y herramientas de edición.
El tercer paso es la modificación, aquí la tecnología permite transformar sustancialmente la tarea, creando nuevas posibilidades de aprendizaje, un ejemplo claro es la utilización de un foro en línea para el debate de un tema, donde los estudiantes pueden interactuar y construir sobre las ideas de los demás.
Y finalmente cuando la tecnología permite la creación de nuevas tareas que antes eran imposibles de realizar, estamos legando a la cuarta y última etapa del Modelo SAMR que es la redefinición, un ejemplo es crear un vídeo explicativo sobre un tema complejo utilizando herramientas de edición de vídeo y luego compartirlo en línea o bien, un salón virtual con la riqueza de recursos y materiales digitales.
Es importante señalar que el SAMR no es un modelo rígido ya que no solo se utiliza para evaluar la tecnología digital, también puede medir la integración de cualquier herramienta o recurso al proceso enseñanza-aprendizaje con la finalidad de mejorar la experiencia educativa.
La intención es siempre mejorar o transformar la experiencia de aprendizaje, es una guía para la mejora continua y la reflexión para prácticas actuales y planificar nuevas, siempre con miras al aprovechamiento máximo del potencial de la tecnología.
El Modelo SAMR puede llevar al estudiantado a mayor participación, desarrollo de habilidades y mejora en los resultados deseados de aprendizaje.
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