Política de dimes y diretes
Historias que contar
Las virtuales candidatas a la presidencia de la República, Claudia Sheinbaum, Morena, y Xóchitl Gálvez, oposición, enfrentan una nueva forma de desacreditación política, al formulárseles señalamientos sobre la obtención de sus títulos profesionales en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ambas, con aplomo, contundencia, han rechazado los cargos. La primera ofreció una amplia disertación, despejando malévolas dudas.
Lo de Gálvez llegó un poco más a fondo por presunto plagio en que incurrió al copiar seis párrafos de textos de autores, a los que no citó, para acreditarse como ingeniera en computación. En la verificación de la UNAM, la hidalguense aceptó que había olvidado en el documento mencionar que esos seis párrafos no eran de su autoría.
Refirió que si eso invalidaba su título, aceparía la decisión y que volvería a escribirlo con las formalidades correspondientes. Después declaró que había recibido una carta de la misma UNAM para que compareciera. Sin que se precisara una fecha. Reiteró que únicamente eran “seis párrafos de 77 hojas, donde lo importante es la experiencia profesional”, y también que la suya no era estrictamente una tesis, sino un informe, enfatizando una vez más: “está en manos de la Universidad; presentaré lo que me pidan”.
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Su reporte de prácticas se llama Diseño de edificios verdes e inteligentes. Lo presentó a la Facultad de Ingeniería de la UNAM en 2010. En septiembre pasado, el día 20, el rector, Enrique Graue, pidió a la facultad -de Ingeniería- que turnara el caso a los comités Técnico y de Ética para que elaboraran el análisis correspondiente.
Pero no sólo son ellas, Sheinbaum y Gálvez, quienes enfrentan estos señalamientos. Uno más, ampliamente difundido, es el del aspirante a la Jefatura de la Ciudad de México, exsecretario de Seguridad Ciudadana, Omar Hamid García Harfuch, a quien han pretendido involucrarlo como uno más en la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa.
Como parte de la 4T, es uno de los cuatro precandidatos que levantaron la mano, aunque se dice que podría haber otro (a). Es una imagen oficial aparecen Hugo López-Gatell Ramírez, ex subsecretario de Salud; Clara Brugada Molina, alcaldesa de Iztapalapa con licencia; Mariana Boy Tamborrell procuradora Ambiental y del Ordenamiento Territorial y García Harfuch.
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Al respecto, Citlali Hernández, secretaria general de Morena, dijo que los cuatro perfiles, de 32 que se registraron, fueron elegidos por consenso, y por eso no fue necesaria una votación.
En previo análisis de expertos, Brugada y Harfuch parecen tener más posibilidades con la ciudadanía; López-Gatell está disminuido tras sus zigzagueantes intervenciones en días difíciles por el Covid; el trabajo más técnico de Boy no la convierten en figura popularmente identificable.
En consonancia con un aniversario luctuoso de Ayotzinapa, los padres de familia no cejaron en sus legítimas demandas de conocer la verdad de lo ocurrido. Y se deslizó el nombre Omar Harfuch como posible participante.
En un inicio le preguntaron diferentes medios si estaba involucrado, y después en la insistencia se notó confundido, aunque no varió en su postura de que no había participado en la también llamada “Verdad Histórica”.
Tuvo un respaldo significativo, el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó que no se vale utilizar un caso tan lamentable para perjudicar a posibles competidores o futuros candidatos.
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