No olvidar a las mujeres 

Historias que contar

No dejó de sorprender la aseveración del fiscal de Jalisco, Luis Joaquín Méndez Ruiz, cuando dijo que la investigación sobre la muerte de Luz Raquel Padilla apuntaba a que ella se había impregnado de alcohol y se había prendido fuego. 

Ella, antes de fallecer, en mayo acusó de haber sido afectada con cloro industrial. 

Méndez Ruz difundió imágenes en las que afirmó aparecía la joven madre de un niño con autismo, comprando dos botellas de 500 mililitros de alcohol y un encendedor.  

Luz Raquel había declarado que donde vivía, Arcos de Zapopan, un vecino la fustigaba e incluso había escrito en una pared amenazas muy graves. Lo había denunciado pero que no tuvo respuesta de la policía. 

Sus argumentos se captaron en videos. Nunca pareció que fuera incontrolable para pudiera justificar que se inmolara.  

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Posteriormente, Sergio Ismael N., quien la acosaba, se presentó a declarar voluntariamente como testigo y fue vinculado a proceso. Lo expuesto por el fiscal provocó casi unánime condena, porque lo que citó no pareció estar sustentado en pruebas bien sustentadas. Será requerido por el Congreso local de Jalisco para que explique su proceder. Esto será el próximo día 8, luego que los diputados reanuden actividades. 

Lamentable, un hecho semejante ocurrió en Cuautla,  en que la disputa por una vivienda en la que funcionaba una tienda de abarrotes, originó que familiares de Margarita Ceceña Martínez trataran de desalojarla, junto con su madre, Andrea Martínez, y su hijo. Llevaban palos y machetes; primero la agredieron y segundos después un sujeto identificado como Primitivo Rangel la roció con gasolina y prendió fuego. Margarita fue alcanzada por las llamas. Conducida a un hospital, tras 23 días de terapia intensiva expiró. A Rangel lo acompañaban cinco personas. Parece que investigan a cuatro. 

Pero no son los únicos casos en que mujeres y a veces hasta menores de edad han sido afectados. Otro más se registró en la comunidad indígena de Tlaquetzalapa, municipio de Copanatyac, Guerrero. Dos medias hermanas fueron asesinadas a balazos por la pareja de una de ella. El victimario fue identificado como Fernando Reyes, de 29 años. 

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En evidente estado etílico discutió con Kenia López, con quien sostenía una relación y al subir de tono le disparó, y también hizo lo mismo con Avelina Olivares, media hermana de Kenia. Pudo escapar. 

Otro suceso infortunado se registró en Hidalgo. La Procuraduría inició una carpeta de investigación ante el hallazgo del cadáver de una mujer, en avanzado estado de descomposición, en una vivienda de Puerto del Yolo, en Cuautepec de Hinojosa. No se ha aportado nueva información, salvo que el entorno indicaba que se registró un feminicidio. 

En la comunidad Camino Real de Silao, en Guanajuato, un becario con funciones de  profesor y director de un jardín de niños, huyó tras que padres de familia lo denunciaron por abusar de seis menores. 

Manifestaron que se llama Érick Zavala Guerra. Ingresó a la escuela en abril pasado. Seis chiquitas, precisaron que habían sido muchas las ocasiones en que el mentor las afrentaba. No se particularizaron detalles. 

Epílogo, en Tonalá, Jalisco, policías implementaron un cerco en torno al albergue Casa de Vida Camino a la Fortaleza. La madre de una niña de 11 años, externó que había sufrido quemaduras causadas con alcohol y descargas eléctricas. Está en cauce una investigación. 

¿Habrá una semana en que no se difundan sucesos tan deleznables?  

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