Nacidos en marzo y cuyo primer apellido inicie con A serán convocados para casillas: INE

Las personas cuyo apellido inicie con la letra “A” y hayan nacido en marzo -o abril- serán localizados por personal del Instituto Nacional Electoral (INE) para invitarlos a que sean funcionarios de casilla en la elección del 2 de junio.

En diciembre fueron sorteados los meses de marzo y abril, por lo que, con base en ellos y la letra hoy sorteada, el próximo 6 de febrero se hará en las 300 juntas distritales del país, la insaculación del 13 por ciento de la ciudadanía inscrita en el Listado Nominal, es decir, 12.8 millones de personas que habrán de ser visitadas por las y los 42 mil 657 capacitadores-asistentes electorales en cada uno de sus domicilios entre el 9 de febrero y el 31 de marzo, para notificarles y “sensibilizarles” sobre la importancia de participar como funcionariado de casilla , en caso de ser nombrados.

El objetivo es contar con 1 millón 530 mil 027 ciudadanas y ciudadanos listos para integrar poco más de 170 mil casillas programadas para instalar en todo el país.

Proceso barroco

Aunque dos consejeros señalaron que el sorteo de la letra pudiera ser un proceso aburrido o barroco, todos los oradores destacaron la importancia del proceso de selección y capacitación de ciudadanas que estarán a cargo de la recepción y conteo de votos.

El consejero Martín Faz subrayó que la ciudadanización de nuestros procesos electorales no puede comprenderse sino es a través de la apropiación de la jornada electoral por parte de miles de mexicanas y mexicanos que, sin formar parte del gobierno, de los partidos políticos o de la autoridad electoral, en un acto de notable civismo conforman las casillas para recibir y contar los votos.

“Esa sencilla idea, de que sean ciudadanas y ciudadanos independientes e imparciales quienes estén a cargo de la recepción y conteo de los votos el día de la elección, nos ha requerido la estructuración de uno de los procesos más cuidados y complejos en la organización de los procesos electorales de las tres últimas décadas”.

Por Fabiola Martínez y Lilian Hernández

Fuente
La Jornada
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