Mujeres buscan cambiar el mundo

Lo cierto es que...

Mujeres de todas las edades ocuparon las calles, las calles de Pachuca, de la Ciudad de México, de Paris, de Los Ángeles, de casi todas las ciudades del mundo, para hacer escuchar su voz en el #8M

Están haciendo una revolución al exigir se respeten sus derechos, erradicar las violencias y perseguir la igualdad.

En Pachuca fue grandioso ver cómo salieron niñas de la mano de su mamá y jovencitas convencidas de que este mundo tiene que cambiar.

Ese es el fondo del #8m. Lo de menos son los incidentes a las calles, lo que sí, es que más gente apoya que salgan a manifestarse. Eso fue lo que vi y me enorgullezco.

La marcha fue de entre cinco mil y siete mil mujeres, como ya lo decía, de todas las edades. Pero seguramente fueron más desde su casa, desde las ventanas, en una suma con ellas, para levantar el brazo y alzar el puño.

Es cierto que defender los derechos humanos de las mujeres no es sólo una marcha, claro que es todo el año, pero el #8M es el día para ocupar las calles, para gritarlo y lanzar consignas como “Señor, señora, no sea indiferente, nos están matando en la cara de la gente”.

Durante la marcha pensé en no hacer fotos de la quiebra de vidrios que seguramente harían las manifestantes, ni de la pinta de muros en el Reloj o la fachada de Palacio de Gobierno, porque el fondo es lo importante: gritar justicia ante los feminicidios, la falta de empleo y pedir igualdad.

Vi a generaciones de mujeres que hace ya años participan en las marchas. Vi a niñas de la mano de su mamá. A mujeres de la tercera edad. A mujeres en silla de ruedas. Pero a las que a más vi, fue a mujeres jóvenes que con pañoletas moradas alzaban las cartulinas.

Vi a mujeres que también mostraban las pañoletas verdes, pro aborto, amarradas en las muñecas de las manos.

¿Qué si salieron a marchas más mujeres que antes? ¡Caro que sí! Cada vez se están sumando más, se están aliando más mujeres. Muchas más, desde hace 30 años que las mujeres de Pachuca salieron a las calles para pedir justicia a la violencia obstétrica que le había cometido a Carmen Rincón. Y luego, año con año, sumar más.

Incluso en el 2020, año en que inició la pandemia, la marcha ya sumaba a la generación violeta con la diamantina. El 8 de marzo fue copiosa la participación. Después un virus encerró a la gente. El año pasado las mujeres regresaron a las calles, y este 2023 fue de mucha mayor participación. ¿Por qué? Porque las mujeres están gritando para que pare la violencia.

Mi ropa se llenó de pintura violeta. Una manifestante del bloque negro me exigió bajara la cámara cuando estaba transmitiendo en vivo, hasta que me logró sacar de las escaleras de la Plaza Juárez, pisándome los talones. Soy mujer, y también era mi marcha. Así que me quedé. Y no. No publiqué los incidentes. Publiqué a la chica que orgullosa levanta la bandera morada con el puño en alto.

Lo cierto es que… Hablemos todos los días de los derechos de las mujeres, simplemente porque están en lo cotidiano. Hagamos que ellas se sientan apoyadas, vean resultados en el empleo, en la atención a la salud, en la vida de sus hijas, que por su salario digno puedan llevar alimentos a su casa. Eso es de todos los días.

Twitter@AidaSuarezCh

Mostrar más

Aida Suárez

El periodismo es mi vida. Tengo cuatro libros sobre periodismo cultural que abordan el tema de migración. Me gusta la lectura, el cine y la música es mi pasión. Mi mascota es un colibrí que me saluda todas las mañanas desde la ventana.