Morena y PRI, la otra pugna
Letras minadas
En la última semana arreció la difusión de encuestas rumbo a la gubernatura de Hidalgo y la lucha por obtener las candidaturas en los diferentes partidos en el estado se han intensificado.
Aunque en algunos casos las aguas parecen aclararse y dejan ver señales de quiénes podrían ser los abanderados, en otros partidos, principalmente los que conforman la llamada «chiquillada» se mantienen a la espera de si alguno de los no seleccionados aceptará representarlos en el 2022 para al menos mantener el registro.
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Los finalistas están claros y en el caso de Morena y sus aliados después de la abultada lista de inscritos ya solo podemos contar a 2 con posibilidades reales, aunque el resto no cederá a sus pretensiones buscando amarrar posiciones.
Lo mismo que en el PRI, aunque por todos los frentes vislumbran un panorama nada favorecedor traducido en las preferencias de los electores que siguen empujando la posibilidad de una transición.
Sin embargo, los priístas le apuestan a la suma de todos los aspirantes y eso sí podría darles serias posibilidades, aunque lograr esa unidad es justamente la verdadera batalla que hoy enfrentan en el tricolor.
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El desgaste interno derivado de esa lucha intestina en la que se enfrascaron no parece fácil de sanear y ese es su mayor riesgo, que aquel que no sea el elegido vaya a buscar otra vía y lo único que consigan sea pulverizar el voto y terminar de enterrar a su partido.
Las señales están emanando, tanto de Morena como en el PRI, y los aspirantes siguen haciendo su lucha, algunos montados en la guerra de números que arroja la encuestitis.
@AlexGalvezQ