Marisol López, operación porril
Agujeros Negros
El abierto agradecimiento a Adán Augusto López Hernández del Clan Sosa por su intermediación para que el jefe máximo del grupo que tiene sometida a la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) obtuviera la prisión domiciliaria en el proceso que le sigue por operaciones con recursos de procedencia ilícita por 58 millones de pesos y delincuencia organizada, tuvo en Tepeapulco su segundo capítulo.
Pero su mala operación u obedeciendo a la historia del clan este nuevo encuentro al que fueron acarreados alumnos y profesores universitarios, empañó la visita del ex secretario de Gobernación que aspira a coordinar a los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación antesala de la candidatura presidencial, porque el mal gobierno de Ortega López provocó malestar en diferentes sectores de la población.
Te recomendamos: Ixmiquilpan, tropezones y viajes
Convocó al cabildo por primera vez en sábado para que le aprobaran un permiso sin goce de sueldo para asistir al acto de López Hernández, así que un grupo de ciudadanos se organizó para mostrar su descontento al paso del convoy del ex secretario de Gobernación, mediante lonas y pancartas, pero su manifestación fue rota por golpeadores respaldados por policías municipales, hay testimonios.
Eso sí los enviados por el habitante de Valle de Cáceres en Valle de San Javier, se apoderaron del evento y se tomaron cualquier cantidad de fotografías con Adán Augusto: Damián Sosa, Lydia García, el ex rector Adolfo Pontigo, el diputado Antonio Hernández, Marisol Ortega, mientras se deshacían en elogios y pronosticaban el triunfo del tabasqueño en la contienda interna de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Puedes leer: Semot, la campaña
Sosa juega así sus cartas para lograr el paquete electoral para el 2024: dos candidaturas a diputado federal; cinco a diputado local y 20 para presidente municipal, manteniendo su principio de que tienen “lana y estructura” mientras convierten la autonomía universitaria en una patética caricatura, pero sus lugartenientes no le ayudan con descarado acarreo y la agresión física a sus adversarios.