INTELIGENCIA EMOCIONAL
El camino y el caminante
Definir el concepto de inteligencia es un asunto de gran complejidad, pues a lo largo de la historia se han formulado una gran cantidad de teorías para explicarla. Este concepto siempre está ligado a un contexto socio-cultural. Por lo tanto, la realidad humana siempre cambiante, impide contar con una visión única.
A principios de los años 80 del siglo pasado, Howard Gardner, propuso una nueva teoría llamada Inteligencias Múltiples. Analizando diversos estudios neurofisiológicos, el autor sustenta la flexibilidad y plasticidad de las capacidades humanas, su multiplicidad y su especialización. Argumenta que cada cultura valora de diferente manera lo que considera inteligencia, dependiendo de las exigencias de su entorno.
En su propuesta, Gardner enumera 7 tipos de inteligencia: musical, cinético corporal, lógico-matemática, espacial, interpersonal, intrapersonal y posteriormente agrega la inteligencia naturalista.
Entre 1990 y 1993, Mayer y Salovey hacen una primera propuesta de lo que llamaron Inteligencia Emocional. Posteriormente, Daniel Goleman con algunos cambios de forma y fondo la difunde y vuelve popular el término.
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Para Salovey, «La Inteligencia Emocional hace referencia a los procesos implicados en el reconocimiento, uso, comprensión y manejo de los estados emocionales de uno mismo y de otros para resolver problemas y regular la conducta”. Los seres humanos vivimos 6 emociones básicas primarias: Alegría, enojo, tristeza, miedo, sorpresa y asco, mismas que se manifestarán constantemente a lo largo de nuestra existencia y también las llamaremos con otros nombres. Nuestro cerebro está compuesto por el sistema reptiliano donde se activa el instinto de supervivencia y la conservación de la especie; el sistema límbico, donde se generan las emociones y el córtex donde se hospeda la parte creativa y racional. Los teóricos de la Inteligencia Emocional afirman que es posible que las personas podamos razonar sobre nuestras emociones y que si logramos procesar la información emocional podemos aumentar el razonamiento.
Son cuatro las habilidades que conviene conocer y desarrollar para potenciar nuestra inteligencia emocional.
- Percibir, valorar y expresar emociones con exactitud. Se presupone que tenemos la habilidad para identificar nuestras emociones, así como los estados y sensaciones fisiológicas y cognitivas que estas conllevan y de igual manera podemos expresar de manera precisa lo que estamos experimentando; también somos capaces de identificar las emociones de las otras personas.
- Facilitación emocional del pensamiento. El uso de las emociones en los procesos cognitivos nos puede ayudar a la hora de solucionar problemas. Si el sistema cognitivo escucha lo que la emoción le está diciendo, si puede leer nuestros estados de ánimo, seguramente podrá tomar decisiones más adecuadas.
- Comprensión de las emociones. Los seres humanos siempre estamos inmersos en un torrente emocional que parece inagotable y no todo lo que sentimos es agradable, mucha de nuestra vida emocional es displacentera. Escuchar nuestras emociones, analizar el contexto en que se presentan, experimentar nuestro estado de ánimo nos puede ayudar a generar respuestas bio-positivas.
- Regulación de emociones. Esto implica que estemos abiertos a experimentar una enorme paleta de emociones, agradables y desagradables, vivirlas como parte natural de nuestra existencia y no pretender eliminar las que nos parecen molestas. Regular nuestras emociones implica tener estrategias para moderar las desagradables e intensificar las agradables.
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En conclusión, las personas tenemos una vida emocional muy intensa, su existencia ha posibilitado la supervivencia de nuestra especie; podemos aprender a utilizarlas a nuestro favor, escuchar lo que tienen que decirnos, tomarlas como una señal que nos prepara para la acción, como un vigía que nos alerta acerca de cómo vamos en nuestras relaciones afectivas, profesionales, sociales. Las emociones hacen que nuestra vida sea intensa, interesante, apasionada, están a nuestro servicio, si hacen equipo con la razón, sin duda, nuestra calidad de vida saldrá beneficiada.