El pasado martes 15 de octubre, en otras de las muchas desafortunadas declaraciones de Guillermo “patán” Olivares, rechazó que la seguridad se esté disparando en el estado, pero mientras esto escribo, las noticias dan cuenta del atentado contra el expresidente municipal de Zapotlán, del que él salió librado pero desafortunadamente su esposa no, y en el que precisamente en esa semana en el mismo municipio (Zempoala) encontraron tres cuerpos y seis a inicios de octubre en San Agustín Tlaxiaca. En conferencia de prensa en su comparecencia (que más bien se deberían de llamar complacencias) en el Congreso del estado a pregunta expresa de la reportera Marisol Flores respecto a ¿cómo se está afrontando la inseguridad desde su secretaría?, contestó que no hay crisis, que en los tres feminicidios recientes las jóvenes estaban involucradas en conductas antisociales (sin que hubiera estado terminada la investigación), pidió repetir que los jóvenes se deben de autocuidar, si no nadie los va a cuidar ¿Y el estado para qué sirve? Respondiendo a esa misma pregunta se atrevió a decir que cada quien responde de la conducta de uno mismo, que los jóvenes que se enganchan por los delincuentes terminan mal (es decir criminalizando a la juventud como el señor rancio que es), pero no mencionó qué hace el estado del que él forma parte y cobra para diseñar estrategias para evitarlo, se fue por la tangente, para decir que afortunadamente el país va por buen camino, pero ¿Hidalgo? Es decir, sus ocho minutos los utilizó para no responder lo que no se le preguntó, ni cuál es la estrategia para que las personas jóvenes tengan mejores opciones de vida y no “caigan” en el crimen organizado, culpar a las mujeres víctimas es lo más fácil, pero la percepción ciudadana, los hechos y los medios de comunicación van demostrando que la inseguridad va al alza en nuestro estado, aunque quieran negarlo y hacerle creer al gobernador lo contrario.
Puedes leer: Vientos de cambio II
Mi pecho no es bodega. La titular de la Comisión de Derechos Humanos se anotó con toda la desfachatez que tiene para presidir la Comisión Nacional a pesar de tener un rezago de quejas, ha preferido enviar las quejas de los grupos feministas a la nacional, ni qué decir de la corretiza de la que dieron cuenta los medios de comunicación cuando acudió al Congreso y trataron de hablar con ella esos mismos grupos, pero eso sí, está muy puesta para modelar fotos en sus redes sociales personales que no tendría nada de malo, pero lo hace con recursos públicos, porque se las toma su fotógrafa y acompañante personal que trabaja en la Comisión, además de lo que gasta en disfraces y en contratar un juego denominado Cien Mexicanos dijeron que no sé qué aporta a los derechos humanos en Hidalgo, para lo único que nos ha servido su postulación es para que ahora sí reciba a las pocas organizaciones que se había tardado años en buscar, pero ahora se necesitan para la foto y la postulación.
Te recomendamos: Vientos de cambio
Genealogía feminista Al cierre de esta columna, murió la feminista Marta Acevedo quien fue una de las siete mujeres que hace 53 años (1971) se manifestaron en el Monumento a la Madre para decir por primera vez públicamente en México que la maternidad no era un destino (por ello la metáfora en ese monumento), recientemente se ganó la medalla Hermila Galindo y fue reeditado su libro A 100 años del 10 de mayo. Perteneció a la organización feminista Mujeres en Acción Solidaria (MAS) precursora de muchas organizaciones feministas actuales.
