Huachicol desciende o se defiende

Agujeros Negros

Las cifras oficiales del comandante de la 18 Zona Militar Juan José Gómez Ruiz consideran un descenso en la extracción y comercialización ilegal de hidrocarburos de los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) de 7 puntos porcentuales cuya vigilancia es responsabilidad de las fuerzas federales pero la actividad detectada en las últimas semanas parecen contradecirlo al aparecer nuevos puntos donde los huachicoleros hacen de las suyas.

En el mapa delictivo la aparición de Ajacuba y la detección constante de tomas clandestinas con tecnología de punta, confirman también el fracaso del llamado Plan de Desarrollo para el Bienestar del gobierno federal que se aplicaría en 91 municipios de estados del país por donde pasan los ductos de Pemex, que teóricamente atendería a millón 688 mil personas, para evitar su incursión en el huachicoleo solo en una primera etapa.

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Los ductos Tuxpan – Azcapotzalco, Salamanca – Guadalajara, Salamanca – León, Salamanca – Morelia, Tula – Salamanca y Tula – Toluca son los más importantes y si bien su localización no debe ser pública por Seguridad Nacional, se conoce la ruta de las principales vías en el transporte de hidrocarburos y según las autoridades federales, Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Hidalgo, Edomex, Querétaro, Puebla, Veracruz y Ciudad de México concentran la mayor problemática por robo de combustibles.

No se puede negar que el huachicol recibe casi a diario golpes por las autoridades y que se han recuperado miles de litros, pero el mercado de combustible ilegal parece no disminuir y las investigaciones no avanzan en casos como el del túnel de Tlaxcoapan de donde se extraían promedio 10 pipas diarias, para desarticular la red de distribución en el que se dice participan expendios oficiales.

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 En suma el huachicol resiste y se defiende de los embates de las fuerzas de seguridad federales y estatales, todo en la permanente duda de hasta donde la autoridad municipal sabe de su existencia y operación, pero calla y no lo revela por temor, omisión o complicidad, pero el huachicol se sigue moviendo.

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