Harris, podría ser…
Historias que contar
La política en todos sus niveles no está exenta de sorpresas, algunas insospechadas y hasta de última hora. Así podría etiquetarse lo sucedido en Estados Unidos, cuando en un aparente domingo considerado de paz y descanso, el presidente Joe Biden a través de un documento cuidadosamente redactado, anunció que no buscaría ser reelecto y exaltó en la vicepresidenta Kamala Harris cualidades para sucederlo.
Expertos, estudiosos estimaron que, en lo general, que era esperada esa decisión del demócrata mandatario. Trajeron a cuenta su poco afortunada intervención en un primer debate con Donald Trump, expresidente y que ahora bajo el cobijo republicano busca volver al poder.
Apuntan, centralizándose en Biden, que su edad, 81 años, luce en ocasiones disminuido en sus facultades. En la pugna abierta con Trump, quien por cierto tiene 78 años, hubo segundos en que Joe se mostró silencioso, estático, después argumentaría que fue víctima de un resfrío.
Días después ocurrió el atentado contra Trump, y que en consecuencia, vino a alentar aún más sus esfuerzos por retornar a la Casa Blanca. Contrario a su oponente demócrata, demostró temple. En asamblea de su partido, parte de su campaña electoral, fue implacablemente abierto, aunque algunas formas de demostrar su simpatía y particular sentido del humor, pareciera abandonar las buenas formas con disertaciones breves pero cargadas más allá de sutiles ironías.
Biden, lo contrario, sufrió consecutivas alertas de los hasta hace poco simpatizantes, pidiéndole que abortara en su campaña. Fueron de menos a más, y de exhortaciones aparentemente solidarias pasaron a las exigencias de un poco civilizado” bájate del barco”.
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Todavía el actual mandatario sacó fuerzas de un espíritu resquebrajado, insistiendo que estaba bien, hasta tener que ceder. Seguramente el sábado, horas antes de difundir declaración escrita, anunciando que no seguiría en su empeño de un nuevo periodo, debió contar con el apoyo moral tanto de familiares como de los llamados buenos amigos.
Y surgió el nombre, muy natural, de Kamala Devi Harris, primera mujer en ser funcionaria elegida a un alto rango en la historia de Norteamérica. Antes, currículum brillante, fue la primera senadora indo-estadounidense de su nación. Representó a California de 2017 a 2021. Se le anota como primera mujer de ascendencia afrocaribeña y tamil en ocupar tan distinguido cargo de vicepresidenta.
Kamala nació en Oakland, California, el 20 de octubre de 1964. Se graduó de la Universidad Howard y del Hastings College of the Law, facultad de Derecho adscrita a la Universidad de California. Comenzó su carrera en la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Alameda. Tiempo después fue elegida fiscal general de California en 2010 y reelegida en 2014. Derrotó a Loretta Sánchez en elecciones al Senado de 2016, segunda afroamericana y primera surasiática en vencer.
El siguiente y definitivo paso de los demócratas será ratificar la postulación de Harris o elegir a un sorpresivo aspirante. El mes próximo, del 19 al 22, celebrarán su convención en Chicago para decir la última palabra en el caso, a través de las decisiones de 4 mil delegados y 700 superdelegados.
En el supuesto de que Kamala, sea la elegida, podrá designar a quien le acompañara en la fórmula como vicepresidente.
De acuerdo con encuestas, la semana pasada Trump iba adelante de Harris 51% a 48%. También que Hillary Clinton, a quien se llegó a mencionar, sería mayor receptora de votos sobre Trump, y que otra exprimera dama, Michelle Obama, superaría 50% a 39% a Donald.