En la mitología griega tan pródiga en narrar tragedias, es famoso el mito de Tántalo, hijo de Zeus, hombre privilegiado y honrado por los dioses, llegó a ser rey de Lidia, sin embargo, no supo manejar adecuadamente todo el poder que tuvo en sus manos; más allá de sus múltiples excesos, mató a su hijo único para servirlo como banquete a los dioses que visitaban su casa. Su crueldad fue castigada por los mismos dioses y fue enviado al tártaro, la parte más profunda del inframundo. Su castigo consistió en permanecer por toda la eternidad dentro de un lago donde el agua le llegaba justo a la barbilla, sin embargo, al intentar tomarla para mitigar su sed, el agua bajaba su nivel quedando fuera del alcance de su boca ávida.
Muchos siglos después, se inventó la palabra asíntota, que en geometría se define como una línea recta que, prolongada indefinidamente, se acerca a una curva sin llegar a encontrarla; en otro sentido, la misma palabra se comprende como una cosa que se desea y que se acerca de manera constante, pero que nunca llega a cumplirse.
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Valga lo anterior como metáfora para opinar sobre algunas de las decisiones que ha tomado Francisco Xavier Berganza, el personaje público, el político en activo. Paco, como le llaman sus seguidores y amigos, pasó de ser un joven cantante a convertirse en un político profesional. Con apenas 33 años de edad, en el año de 1999, irrumpió en el escenario político hidalguense como candidato a gobernador por el Partido Acción Nacional. Electoralmente su campaña fue exitosa y obtuvo un claro segundo lugar en dicha elección, de ahí pasó a ser Diputado Federal, espacio donde tomó distancia con el partido que lo llevó a la cámara y tiempo después se integró al partido Convergencia, antecedente de Movimiento Ciudadano. En el 2006, fue postulado por Convergencia, en alianza con el PRD, como candidato a Senador en fórmula con el Prof. José Guadarrama; no pudo iniciar campaña, un asunto legal que terminó en una orden de aprensión lo obligó a marcharse del Estado y permanecer escondido, no obstante, gracias al efecto del candidato a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, llegó al Senado de la República. En el 2011 envió señales para volver a buscar la gubernatura pero lo arrolló Xóchitl Gálvez quien encabezó la alianza PAN- PRD. En el 2016 inició trámites para contender como candidato independiente, sin embargo, ante la ausencia de líderes, terminó regresando al PAN y ser nuevamente su candidato a gobernador. En el 2018, personajes de MORENA le coquetearon invitándolo a participar como candidato a Diputado Federal, no aceptó la propuesta y terminó apoyando al fracaso electoral llamado Ricardo Anaya. Un par de años después, en el 2020, de la mano de Martín Sandoval y Andrés Caballero, ambos fundadores y dirigentes de MORENA, buscó ser candidato a la Presidencia Municipal de Pachuca, búsqueda que resultó fallida. En el 2021, con el respaldo de los mismos personajes, finalmente logró ser Diputado Plurinominal, coordinador de la bancada de MORENA y presidente de la Junta de coordinación política del Congreso del Estado. Ahí estaba Paco de regreso, como un sobreviviente político que luego de naufragar por diferentes mares al fin atracaba en un buen puerto.
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Dos meses como Diputado Local y pronto se le hizo poco lo alcanzado, ambicioso, decidió salir por cuarta vez a buscar la candidatura a Gobernador. Utilizó todos los resquicios legales e inició una campaña por todo el Estado, buscó aliados, hizo las paces con el gobernador, juró lealtad a su nuevo partido y finalmente se registró como aspirante a pre-candidato. El desenlace ya lo conocemos, fue rechazado su intento por la Comisión Nacional de Elecciones y quedó fuera de toda posibilidad de abanderar a Morena y sus aliados.
Personalmente, quizá nublado por el afecto que le tengo, pensé que Paco aceptaría con serenidad la decisión tomada por el partido, aposté a que se concentraría en realizar un trabajo profundo y socialmente útil desde el Congreso, imaginé que sería capaz de mirar al horizonte y seguir construyendo rumbo al 2024 y tal vez dar la pelea nuevamente en el 2028. Pero no, Francisco Xavier, el político, fue fiel a su historial, optó por la ruptura y ahora se lanza a buscar ser candidato independiente.
Desde la distancia observo su actuar, intento descifrar sus recientes decisiones, lo veo como a un boxeador noqueado, desorientado, que se mantiene de pie solo por instinto; visualizo un suicidio político y nada ni nadie puede detenerlo, ya hizo su elección. Quizá nunca quiso realmente ser gobernador, tal vez solo buscaba… no sé, realmente no sé que buscaba.
