Exigen destitución de delegado del INAH Hidalgo

Trabajadores sindicalizados del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que laboran en la zona arqueológica de Tula colocaron pancartas con leyendas donde exigen la destitución del arqueólogo Osvaldo Sterpone como director del Centro o Delegación de esa dependencia en el estado de Hidalgo por violar sus derechos laborales y humanos.

También por mantener cerrado desde 2020 el Museo de Sitio «Jorge R. Acosta» y no dar mantenimiento ni cuidados a otras zonas arqueológicas que hay en la entidad.

Martha Araceli Carmona secretaria general de la sección uno del Sindicato Nacional Democrático de Trabajadores de la Secretaría de Cultura sección Hidalgo,y Armando Arenas Sánchez del colegiado de organización de la misma central sindical junto con otros trabajadores señalaron al director del Centro INAH en Hidalgo a 12 meses de haber asumido el cargo ha emprendido una política «de miedo e intimidación» hacia los 150 empleados con desplantes despóticos.

Incluso, señalaron de Sterpone de iniciar actas administrativas hasta por ejercer su derecho a manifestarse.

Aseguraron que enviaron un oficio a la secretaria federal de Cultura, Alejandra Frausto Guerrero, para pedirle su intervención, ya que el INAH depende de esa dependencia.

También que no se les proporcionan los elementos básicos para hacer su trabajo como herramientas, equipo de seguridad ni gasolina para que se puedan transportar.

Pese a que ya pasó la contingencia sanitaria, el Museo de Sitio, que es uno de los atractivos de la zona arqueológica permanece cerrado y Sterpone no ha asignado los recursos para reparar los sanitarios públicos, usados por los turistas nacionales e internacionales que visitan el lugar.

También pidieron la intervención de Diego Prieto Hernández, director nacional del INAH para que se asignen recursos para las zonas arqueológicas de estados del centro del país.

Puntualizaron que seguirán realizando actos de protesta en las zonas arqueológicas, pero sin bloquear sus accesos ni afectar a los visitantes.

Por Ricardo Montoya

Fuente
La Jornada
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