El que podía irse

Agujeros Negros

Nuevo bofetón recibieron los priistas de la vieja guardia que rigurosamente se reúnen los jueves a almorzar y, que sin chistar aceptaron la imposición de Marco Antonio Mendoza Bustamante como presidente del Comité Directivo Estatal (CDE) violentando flagrantemente los estatutos; al confirmarse que su partido estará representado en la 66 Legislatura por la servidumbre política de la patrona Carolina Viggiano Austria.

Ni la estirpe e institucionalidad sirvieron, solo la voluntad de la reelecta secretaria general, por eso no llegó nuevamente al Congreso local José Antonio Rojo García de Alba, pero si el mayordomo de la Mansión Viggiano y la asistente Montcerrat Hernández Pérez, que vitorearon hasta la saciedad el «democrático» proceso reeleccionista que dio muerte en Insurgentes Norte al principio maderista.

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Como podrán convivir esa veintena de recalcitrantes priistas con su dirigente estatal al que no dejaban pagar el almuerzo, seguros de que resurgirían de la mano de Caro, de hasta hace unos meses su Caro, la que los vengó de Omar Fayad Meneses, que los desplazó y marginó, al maniobrar para impedir que impusiera candidato al gobierno de Hidalgo.

Lo volverán a invitar a sus almuerzos, digerirán la frase de Alito que ya hace suya por orden de su patrona de «no más vacas sagradas», mientras sigue viva la declaración del mayordomo político de que podía irse del PRI, pero no quiso dejar a la militancia tras la derrota, pero que tal a partir de septiembre recibirá su jugosa dieta, por quedarse con los derrotados priistas.

Porque cínicamente se adjudica el único triunfo del PRI, que no es suyo, y ni las gracias le dieron al presidente municipal de El Arenal, Ranulfo Serrano Moedano quien lo obtuvo, porque tiene el sello de los Rojo; así el PRI el de la jefa, el de la patrona que sin vacas sagradas, para 2027 verá mermemar más su voto duro entre 30 y 50 mil para quedarse con alrededor de cien mil si bien le va.

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