El peregrinar de un medallista paralímpico
Alejandro Guerrero y su andar como atleta débil visual
Alejandro Guerrero Baños es un deportista de atletismo adaptado. Originario de Mineral de la Reforma, es el único que ha obtenido para Hidalgo dos medallas en Juegos Paralímpicos, la máxima justa a la que aspira un competidor en cualquier disciplina.
Fue en Atlanta 1996, cuando Alejandro se consagró y dignificó al deporte paralímpico tras conseguir presea de oro en la prueba de 10 kilómetros y plata en cinco kilómetros, pero eso sucedió gracias al respaldo de su guía y después de muchos años de esfuerzo y perseverancia.
Dos años más tarde fue campeón del mundo en Madrid, tras conquistar presea dorada en la prueba de 10 kilómetros con un tiempo de 34 minutos y 51 segundos, superando a rivales de numerosos países.
Parecería justo que después de estas proezas, un atleta débil visual como Alejandro Guerrero, tendría asegurado su futuro en todos aspectos, con propuestas sólidas de empleo, aprovechar su enorme experiencia y capacidad. Pero no fue así.
El hidalguense ha peregrinado para sobrevivir. No bastó poner en alto el nombre de México y de su estado natal, y aunado a sus deficiencias físicas ha realizado esfuerzos extras para salir adelante.
Desde hace 11 años que decidió radicar definitivamente en Hidalgo, ha solicitado respaldo, que lo dejen trabajar como entrenador y detector de nuevos talentos.
“En el periodo de Salvador Franco, como director del Instituto Hidalguense del Deporte, me permitieron ofrecer conferencias motivacionales en varios municipios del estado. No era la intención, pero cumplí profesionalmente”, comenta Guerrero Baños.
“La situación es muy complicada. Tengo familia. Mi esposa, María de Lourdes Palacios Acosta, es mi auxiliar y no gana nada económico. Mis hijos, Alejandro (Comercio Internacional) y Mari Carmen (psicóloga) son profesionistas, pero jóvenes desempleados”. Comenta Guerrero Baños con un halo de frustración.
Dato
Alejandro Guerrero Baños pertenece a la Asociación Mexicana de Medallistas Paralímpicos, que agrupa a 80 atletas. Desde el 2004 es acreedor a una módica beca vitalicia que hasta la fecha nunca ha elevado su valor y que espera, por lo menos, no desparezca.
Por vía digital sigue los entrenamientos de la velocista Samanta Trejo Mejía, una joven promesa del atletismo hidalguense.