El futuro está en la ciencia
No hay cosas gratis
Alguna vez se preguntaron, ¿qué pasó con las personas que se dedicaban a criar caballos o a hacer herraduras cuando apareció el automóvil? Se sorprenderían de lo que nos cuenta la historia: pocos la pasaron mal, muchos se dedicaron a hacer otra cosa y una buena parte de ellos terminaron ganando más.
¿Cómo fue posible? El historiador económico Robert Allen nos da respuesta, resulta que cuando aparece una nueva tecnología, contrario a lo que uno pudiera llegar pensar, se crea un círculo virtuoso. Al menos entre 1850 y 1970 el incremento en productividad en una industria derivada de la nueva tecnología hacía subir salarios, lo que a su vez aumentaba la demanda por otras cosas. Piensen en un productor de manzanas, con la llegada del tractor se podían cosechar más manzanas por temporada, si bien el tractor en un principio desplazó personas, las que se quedaron lograron aumentar sus salarios lo que aumentaba la demanda en otros sectores, digamos, restaurantes. Las personas desplazadas por el tractor, eventualmente lograban encontrar otros empleos en donde aumentaba la demanda, ya no eran agricultores, ahora eran cocineros o meseros.
Hoy estamos viviendo la era más disruptiva después de la Revolución Industrial, la diferencia es que el cambio va a una velocidad tan grande que no nos da tiempo de procesarlo. Esto no es malo pero sí tiene consecuencias, a las tareas rutinarias y repetitivas las ha ido desplazando la computadora mientras que las tareas manuales han sido menos susceptibles de sustitución. Pero el problema es el salario, el salario de las segundas es bajo mientras que las ocupaciones que requieren habilidad para resolver problemas son mejor pagadas. Un grupo de economistas europeos encontró que los empleos de las personas con titulaciones en ciencias, ingenierías y matemáticas han crecido el doble que lo que ha crecido el empleo en Europa.
La pandemia cambió y cambiara aún más la forma en que trabajamos y nos está enseñando que el futuro está en la ciencia. Tal vez no comprendemos todavía el logro pero esta va a ser la primera vez que el ser humano es capaz de identificar qué causa una pandemia y termina con ella. Pero no sólo eso, gracias a la vida online y a las nuevas tecnologías obtuvimos información en tiempo real que salvó vidas y logramos realizar nuestras actividades encerrados, en especial, el trabajo, sin la tecnología de hoy eso no hubiese sido posible.
Entre todo, las matemáticas juegan un rol especial, las matemáticas están detrás de prácticamente todo lo que hacemos y tenemos hoy. No sólo son esenciales dentro de lo científico o tecnológico sino también en nuestra forma de vida. Eduardo Sáenz, un matemático español, lo dice muy bien, cualquiera que quiera tener un método de evaluación científico en cualquier disciplina necesita matemáticas, no sólo hablamos de física o de biología, hablamos también de economía, de sociología o de historia, en donde está el método científico están las matemáticas.
Así que conforme vayamos necesitando más ciencia vamos a necesitar más personas dedicadas a las matemáticas. Hoy los matemáticos ya están fuera de las aulas, están en el sector financiero, en el de telecomunicaciones, en energía, en el sector biotecnológico e incluso en el sector servicios analizando una inmensidad de datos. Un estudio para España en 2019 mostró que la tasa de desempleo de los egresados de matemáticas era del 7.5% y dos años después era de 4.6%, es decir, prácticamente no hay desempleo para las personas dedicadas a las matemáticas. En México, de las 10 carreras más demandadas y mejor pagadas, 9 de ellas están directamente relacionadas con las matemáticas. El mexicano necesita perderle el miedo a las matemáticas porque ahí está el futuro.
Para Adriana, que tiene el don de entender matemáticas complejas.