Declaran inocente al condenado a muerte más antiguo del mundo: 56 años después

Iwao Hakamata, el condenado a muerte más antiguo del mundo, ha sido declarado inocente tras más de cinco décadas de lucha legal. Este caso ha suscitado un intenso escrutinio sobre el sistema de justicia penal japonés y ha reavivado el debate sobre la pena de muerte en el país.

Hakamata fue condenado en 1968 por el asesinato de una familia, basándose en pruebas cuestionables, como una confesión supuestamente forzada y pantalones manchados de sangre. A pesar de sus insistencias sobre su inocencia y alegaciones de que las pruebas fueron fabricadas, fue sentenciado a muerte por un tribunal japonés, con una decisión de 2 a 1.

La absolución de Hakamata se produjo después de que nuevas pruebas de ADN demostraran que la sangre encontrada en los pantalones no coincidía ni con él ni con las víctimas. En 2014, el Tribunal de Distrito de Shizuoka ordenó un nuevo juicio, aunque el Tribunal Superior de Tokio inicialmente desestimó la solicitud. Sin embargo, en 2023, el Tribunal Supremo de Japón concedió a Hakamata una segunda oportunidad.

Puedes leer: “Rusia no ganará”, promete Joe Biden al presidente Volodymir Zelensky

Al escuchar la noticia de su absolución, su hermana Hideko expresó su emoción: «No podía dejar de llorar… me pareció divino». Su abogado, Hideyo Ogawa, calificó el fallo como «innovador», subrayando que «58 años fue demasiado» tiempo para un error judicial tan grave.

El caso de Hakamata no solo es un testimonio del sufrimiento personal, sino que también plantea serias preguntas sobre la dependencia del sistema judicial japonés en confesiones para obtener condenas. Este caso emblemático ha sido utilizado por defensores de los derechos humanos para argumentar en contra de la pena capital en Japón, destacando las vulnerabilidades del sistema judicial.

A pesar de su absolución, la salud mental y física de Hakamata se ha deteriorado significativamente debido a su prolongada encarcelación. Se ha informado que vive en un estado mental frágil y rara vez interactúa con los demás[1]. Esto plantea preocupaciones sobre cómo se manejarán los casos similares en el futuro y la necesidad urgente de reformas en el sistema judicial japonés.

Mostrar más