El daño al bosque por la construcción del tramo carretero Real del Monte-Huasca, ya está hecho y no podrá revertirse con la plantación de árboles; además de que aún existe un riesgo latente de empeorar la situación en la zona por los cambios en el microclima, explicó el maestro en ciencias en energía y medio ambiente, Rodrigo Salinas Cerda.
El especialista explicó que las intervenciones en espacios naturales no son analizadas desde una perspectiva de costo-beneficio, sobre todo en materia ambiental, toda vez que en el caso concreto “la zona se ubica en la parte alta de una cuenca que capta y abastece agua a escala local y a una gran región cuenca abajo; además, el bosque ayuda a la retención de humedad y enfriamiento en el microclima nuboso típico del lugar”.
En ese sentido, precisó que la deforestación de miles de árboles generó un daño irreversible, pues, aunque se planten misma cantidad de árboles derribados, la vocación de bosque no podrá recuperarse, ya que las especies retiradas para construir la carretera fueron suplidas por otras y no se garantiza su supervivencia.
“El daño está hecho por la deforestación; no podrán reparar el daño, se tendría que llenar de bosque nuevamente con oyamel, encino y capulín, pero no se podrá, porque estos crecen naturalmente, porque la semillas caen y crecen en un ambiente de bosque: más oscuro, húmedo.
“Estos espacios artificiales jamás serán habitables por ninguna de las especies nativas, ni tampoco podrán cumplir como reguladores del clima, porque no son bosque”, detalló también el profesor en educación ambiental de telesecundaria y bachilleratos de Hidalgo.
Por lo anterior, aseguró que, ante la falta de bosque, la proyección de calor a través del pavimento y automóviles, la sequía de laderas, entre otros factores, se generará una bolsa de aire caliente que hará que los árboles enfermos terminen de morir, los sanos empiecen a enfermar por la absorción de calor y el microclima de la región cambie de frío a caliente.
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Aunado a que aún existe la posibilidad de más daño medioambiental debido a la urbanización que la nueva carretera generará, pues se lotificarán predios y habrá más deforestación.
“La información de árboles talados para la obra no es clara, las estimaciones van desde los 25 mil hasta los 500 mil árboles, sin contar los árboles muertos en los alrededores por desecación o por enfermedades potenciadas por los polvos suspendidos en el aire y la bolsa de calor que genera la deforestación, pero podemos imaginar el costo ambiental, pues si un árbol nos provee de 118 kilos de oxígeno y purifica 22 kilos de dióxido de carbono al año, 25 mil árboles menos significan 2 millones 950 mil kilos menos de oxígeno y 550 mil kilos más de contaminación”, acotó.
MHO
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