Cierran campañas con trágico epílogo

El Faro

El asesinato de José Alfredo Cabrera Barrientos, candidato a la alcaldía de Coyuca de Benítez fue el trágico epílogo de este proceso electoral.

Luego de ver el video que registró su asesinato, lo primero que recordé fue aquella grabación de marzo de 1994, cuando Luis Donaldo Colosio fue asesinado de la misma manera, con un revolver que es accionado para dispararle en la cabeza mientras el candidato camina entre la muchedumbre en Lomas Taurinas, Tijuana.

Los contextos, muy distintos, pero con un hilo conductor: la violencia ejercida contra personas que buscan un cargo público.

El asesinato de Luis Donaldo Colosio, a más de 30 años de distancia, siguen sin ser resuelto a cabalidad. El homicida confeso, Mario Aburto, sigue en prisión, purgando una pena de 45 años que podría reducirse si su defensa logra que sea juzgado conforme a las leyes de Baja California.

Sin embargo, muy pocos creen la versión del asesino solitario. Abundan las hipótesis y las leyendas urbanas sobre el asesino intelectual de Colosio, pero quizá nunca tengamos la certeza de quién estuvo atrás del homicidio del candidato presidencial del PRI en aquel turbulento 1994.

Hoy, en 2024, la etapa de campañas para la mega elección de este 2 de junio cerró con el brutal asesinato de José Alfredo Cabrera Barrientos, de solo 37 años, y quien buscaba gobernar la alcaldía de Coyuca de Benítez como candidato de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD).

El joven aspirante recibió varios balazos la tarde del miércoles, justo cuando se disponía a cerrar su campaña, en una cancha de la comunidad de Las Lomas. Mientras saludaba a sus simpatizantes y cuando se dirigía al templete donde pronunciaría su discurso, un hombre se acercó por detrás y le disparó directamente a la cabeza.

La agresión fue difundida profusamente en redes sociales desde el mismo día de su asesinato. El sicario, un joven de unos 25 años, fue abatido ahí mismo, por uno de los escoltas que estaba a cargo de la seguridad del candidato.

Aún no hay claridad sobre las causas del homicidio, pero se sabe que en esa región operan dos organizaciones criminales: el Cártel Independiente de Acapulco (CIDA) y Los Granados, quienes estarían en pugna por el control de esa zona de Guerrero.

Hoy las campañas electorales se han convertido en una actividad de alto riesgo para quienes deciden participar en ellas, sobre todo en estados como Guerrero. La consultora Integralia detectó que la violencia política marcará el proceso electoral de 2024, pues el fenómeno tuvo un incremento del 150% con relación al 2021. De acuerdo con el informe más reciente de la organización, en 2021 las víctimas totales registradas fueron 299, mientras que en 2024 las víctimas ascendían a 749, de las cuales, 231 fueron asesinadas.

La consultora precisa que violencia electoral incluye: asesinatos, atentados con armas de fuego, amenazas, secuestros, desapariciones y otras formas de violencia de alto impacto, en contra de funcionarios o exfuncionarios, políticos o expolíticos, aspirantes o candidaturas, familiares de dichos actores y víctimas colaterales.

Es un hecho que las bandas del crimen organizado actúan durante los procesos electorales para después incidir en los gobiernos constituidos y así poder llevar a cabo sus actividades ilícitas sin que nadie interfiera con ellos. Y ante esa disyuntiva, los aspirantes arriesgan su vida en caso de no acceder a seguirle el juego a los grupos criminales.

Tal ecuación no ha podido ser resuelta por el Estado mexicano desde hace décadas. Pero no hay duda que en 2024 la situación ha llegado al límite, y las próximas autoridades y representantes populares enfrentan el reto de romper con ese ciclo nefasto, que hoy cimbra los cimientos de la república, particularmente las alcaldías, que son el eslabón más débil.

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Jorge Romero

Periodista con casi dos décadas de kilometraje. Interesado en hurgar las entrañas de la nueva anormalidad.
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