Caza mapaches, el cáncer de las elecciones

Testigo protegido

Un grupo de hombres armados con palos y machetes marcan el acto a un comerciante que conocía una camioneta con un Rotoplas para hacer sus actividades comerciales, llegan lo insultan lo amenazan y bajan el recipiente ante la mirada atónita del agraciado. Los ladrones disfrazados de caza mapaches delinquen a pesar de ser de dos y con incompleta impunidad, al menos en el municipio de Pisaflores.
Contrario a lo que han afirmado autoridades gubernamentales y partidos políticos, en el sentido de que estas elecciones serían pacíficas, algunos hechos registrados en diferentes puntos de la Sierra y Huasteca los ponen en entredicho.

El paseo de camionetas con hombres encapuchados, presuntamente armados, por calles de Huejutla y otros municipios exhiben qué las prácticas de amedrentar a los ciudadanos previo a los comicios no han acabado, ninguna corporación municipal, estatal o federal los intervine, a pesar de las denuncias en redes sociales que pedían su inspección

Lo anterior, es un claro reto a las instituciones de seguridad pública, principalmente, pues ellas como primeras respondientes tienen la obligación de actuar conforme a los protocolos establecidos y constatar qué la población no está en riego alguno, pero, tristemente no es así.

Vehículos militares, patrullas de la guardia nacional, policía estatal y municipal con elementos efectivos a bordo les reportaron las unidades de los encapuchados, sin embargo, nada ocurrió y continuaron su camino sin empacho, dejando a la ciudadanía boquiabierta por su pasividad.

No está claro si los encapuchados sirven a un partido o candidato en específico, pero por encima de ello, los militares deben actuar de forma inmediata, pero no lo hicieron fue más fácil hacerse de la vista gorda y retirarse de los lugares de los reportes, exhibiendo el miedo natural del hombre.

Los retenes caza mapaches en los que en franca violacion a la ley fueron saquearon camiones repartidores de mercancías, bajo argumento de que serían utilizadas para la «compra de votos», sin saberse quién es ese que buscaba comprar la voluntad ciudadana, lo que si se supo es que la autoridad no cumplió su función.

Estas acciones son el comienzo de algo que puede salirse del control de los autores intelectuales y de las propias instituciones de gobierno, cuyos representantes en la sierra y Huasteca brillan por su ausencia y psracen seguir al pie de la letra aquello de «abrazos, no balazos» para la delincuencia que en este proceso electoral ya esta presente y que de no ser frenado irá más lejos.

Evidencias seguramente hay más y se espere que se conozca dónde se reúnen, quién los financia, a quién sirven, por qué lo hacen y muchas cosas más, pero al parecer lo que no hay es voluntad.

Los serranos y huastecos quieren elecciones tranquilas, las regiones que sufren o adolesce situaciones como la de estos últimos días, y quizá próximos también.

Por: Iñaki Fernández

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