Abundaron gobernadores en los ayeres de nuestro estado 

Historias que contar

El próximo lunes, al tomar posesión Julio Menchaca del gobierno estatal, se cumplirán 153 años de que hiciera lo mismo el primer mandatario en la historia de Hidalgo, Juan Crisóstomo Doria González, quien por decisión del presidente Benito Juárez, en carácter provisional, ocupó el cargo el 27 de enero de 1869. 

Pasaron unos días de que el Benemérito de las Américas diera curso al Decreto de Erección del Estado de Hidalgo, el 16 de enero, ese mismo 1869. 

Doria González nació en Villagrán, Tamaulipas, el 27 de enero de 1839, según investigación de Miguel Ángel Serna. Falleció joven, 30 años, el 16 de noviembre de 1869 en la CDMX. Un siglo después, enero de 1969, en el primer centenario de la erección del Estado, inauguraron en Pachuca una plazoleta en la esquina de las calles de Guerrero y Justino Fernández. 

La Revolución Mexicana conllevó inestabilidad política y así aparecieron gobernadores provisionales de diferentes corrientes: villistas, convencionistas, carrancistas. Hecho singular se dio en 1914 en que fungieron tres mandatarios, Nicolás Flores Rubio en Zimapán; Vicente C. Salazar en Pachuca, y Roberto Martínez y Martínez en Ixmiquilpan. 

Sobresale el mayor José Kotuscey, villista que inicia su gestión el 16 de julio de 1915 y termina el 19 del mismo mes. No gustó a la población por ser de origen ruso. 

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Hasta 1917, con Nicolás Flores Rubio, se normalizan instaurándose los tres poderes. 

De los años treinta en adelante, los nombres se recuerdan más por hidalguenses. Subrayan gestión de Javier Rojo Gómez, de 1937 a 1940, cumplido en impulsar construcción de carreteras y repartición de tierras en latifundios antes no tocados. De tronco común surgirán tres gobernadores: Jorge Rojo Lugo, Adolfo Lugo Verduzco y Humberto Lugo Gil, y jóvenes distinguidos como los hermanos Jorge y José Antonio Rojo. 

Igualmente, Vicente Aguirre del Castillo (1945-1951), primero en período de seis años. Otros, Quintín Rueda Villagrán, Alfonso Corona del Rosal, de presencia nacional, al igual que Carlos Ramírez Guerrero, Manuel Sánchez Vite, y Otoniel Miranda Andrade, quien en 1975 solo  estuvo al frente 29 días.  

Guardo recuerdos de gobernadores más cercanos: 

Con el doctor Miranda tuve amena plática. Solo eso, sin publicarla. 

Después de que Jorge Rojo Lugo cumpliera gestión, nos enfrascamos en una entrevista. Se tituló:” Rojo Lugo rompe el silencio”. 

Con Guillermo Rossell compartí más tiempos al cubrir su campaña. Una vez me comentó que podríamos ser compadres. Tras unos segundos, le respondí que ya tenía tres. Fortalecí sincera amistad con su hijo, Mauricio. 

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Adolfo Lugo Verduzco, impecable en su cortesía. Abordamos temas populares, futbol y toros. Él, un experto. 

Largo contacto con Jesús Murillo. Sólido, impecable en sus proyectos. Que se sepa, poco sabía de días de descanso. Gran conversador. 

Gobernador suplente, Humberto Lugo Gil abanderó en pos de un mejor estado. 

No soslayo cambios de opiniones con Manuel Ángel Núñez. Me dijo que nos habláramos de tú. Lo hicimos. 

Otra grata añoranza fue conocer a Miguel Ángel Osorio Chong. Intensas tardes componiendo el mundo. 

A Francisco Olvera Ruiz lo conocí desde sus días de universitario. Siempre correcto. 

Estupenda la relación con Omar Fayad. Se privilegió el tuteo. 

A Julio Menchaca Salazar lo traté desde finales de los noventas. Nunca coincidimos: él, seguidor de los Dodgers, yo, con los Yanquis.   

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